Nueve de cada diez personas usuarias de los apartamentos para personas mayores del Ayuntamiento de Pamplona valoran la labor profesional que realizan las trabajadoras familiares del área de Acción Social como positiva o muy positiva.
Son datos de una encuesta realiza por el propio Ayuntamiento entre las personas que viven en esos apartamentos municipales para evaluar la figura de la trabajadora familiar que a diario está con ellas.
El Ayuntamiento de Pamplona cuenta con 144 apartamentos distribuidos en cinco barrios de la ciudad: Iturrama (42 apartamentos), Txoko Berri en San Juan (36 apartamentos), Arga en Rochapea (32 apartamentos), Ansoleaga en Casco Viejo (9 apartamentos) y Milagrosa (34 apartamentos). La encuesta ha sido respondida por 85 personas usuarias, con 55 valoraciones muy positivas (64,7%), 20 valoraciones positivas (23,6%), 10 valoraciones neutras (11,7%) y ninguna valoración negativa o muy negativa.
El concejal delegado de Acción Social, Txema Mauleón (Contigo-Zurekin), ha dado a conocer este lunes los datos de esta encuesta tras la implantación en junio del pasado año de la figura de la trabajadora familiar en los apartamentos municipales para mayores de 65 años.
“Es importante saber que no estamos solos” o “era algo que nos hacia falta” son algunos de los comentarios recogidos en la encuesta, según ha comentado Mauleón.
Cabe recordar que en 2023 se llevó a cabo un proyecto piloto en los apartamentos de Iturrama que se ha consolidado y se ha ampliado a los demás centros en los que realizan labores de acompañamiento, mediación y asesoramiento a las personas residentes.
El Ayuntamiento de Pamplona cuenta en la actualidad con cuatro trabajadoras familiares que se encargan de los distintos bloques de apartamentos (una para Iturrama, otra para Txoko Berri, una tercera para Arga y la cuarta que aúne Ansoleaga y Milagrosa).
Su lugar de trabajo está ubicado en el propio edificio de los apartamentos o en las inmediaciones, por lo que diariamente atienden a personas residentes, aunque no sean propiamente visitas domiciliarias. Las personas residentes pueden acudir a su oficina y, en caso de que no estén, existe un teléfono directo para contactar con ellas al que pueden llamar.
Supervisión
Las trabajadoras familiares están coordinadas por la trabajadora social de los apartamentos con la que conforman un equipo técnico que se reúne con una periodicidad semanal o quincenal y que supervisa individual y grupalmente las intervenciones a desarrollar, así como la planificación de las actividades que se llevan a cabo en los diferentes apartamentos para personas mayores.
La trabajadora social realiza visitas domiciliarias en el caso de que las personas residentes lo demanden o se así se valore tras las intervenciones de las trabajadoras familiares, que son las figuras que están presencialmente a diario en los apartamentos.
Entre las atenciones y tareas que realizan las trabajadoras familiares en los apartamentos municipales para personas mayores, se encuentra el seguimiento, mediante visitas periódicas u otros medios, de las personas residentes para comprobar su situación y evolución. Trasladan toda la información a la trabajadora social técnica de los apartamentos municipales y / o al personal de mantenimiento, en función de lo detectado.
La atención psicoeducativa con las personas residentes se centra en tareas de información y orientación para promover y fomentar la adquisición, recuperación y aprendizaje de conductas y habilidades básicas para potenciar su autonomía y su autoestima; en apoyo emocional ante situaciones vitales (soledad/aislamiento, dependencia/pérdida facultades, salud o autonomía, duelo…); o en la orientación hacia actitudes positivas para la superación de las situaciones que plantea la dinámica familias.
En el ámbito sociocomunitario, orientan y acompañan en las pequeñas gestiones que tengan que ver con el funcionamiento interno del apartamento o fuera del hogar en temas personales, entre otras.
Balance
En su año en los apartamentos para mayores, las trabajadoras familiares han realizado una valoración de todas las personas usuarias, a través de una ficha diagnóstica, y se han clasificado en función de su nivel de vulnerabilidad, según su situación de salud y de su cobertura y apoyo familiar o de red de apoyo. Con estas personas la frecuencia de seguimiento es semanal, bien a través de visitas domiciliarias o a través de llamadas telefónicas.
En período vacacional, se mantiene un mínimo de personal de trabajo familiar que realiza llamadas telefónicas semanales a las personas vulnerables y atiende urgencias, en caso de ser necesario. Con el resto de personas la frecuencia de seguimiento es variable, dependiendo de su demanda, necesidad, etc.
Las trabajadoras familiares participan también activamente en las Redes de Mayores que actúan en los barrios donde están ubicados los apartamentos, haciendo aportaciones, informando, sensibilizando y animando a las personas residentes a participar en actividades de la comunidad para generar sinergias sociales.