Vox se expone a una sanción en el Parlamento de Navarra que podría acarrear la pérdida de la subvención mensual que recibe como grupo parlamentario. El Legislativo ha abierto un proceso interno para analizar las posibles consecuencias de la reiterada ausencia de sus dos miembros en las distintas comisiones en las que tienen representación.
La sanción podría suponer la pérdida total o parcial de la subvención por grupo parlamentario que, en el caso de Vox, que tiene dos representantes de 50, supera los 18.000 euros al mes. Son un fijo de 8.418 euros y unos variables en función del número de parlamentarios: 3.043 euros por gastos de funcionamiento; 2.326 euros por gastos de organización; y otros 4.340 euros por cada cinco parlamentarios.
Según recoge el reglamento de la Cámara, la percepción de las ayudas económicas que recibe cada grupo parlamentario está vinculada a la obligación de “asistir ordinariamente a las sesiones parlamentarias” y a “participar habitualmente en los trabajos parlamentarios y actividades de la Cámara en el ejercicio de las funciones reglamentariamente reconocidas”. “El incumplimiento de los requisitos comportará la suspensión, reducción y, en su caso pérdida, de las asignaciones fijadas en el presupuesto de la Cámara”, recoge el estatuto parlamentario.
Malestar del presidente del Parlamento
El asunto está ahora en manos de los servicios jurídicos, que deben comprobar si realmente las ausencias de los dos representantes de Vox, Maite Nosti y Emilio Jiménez, están o no justificadas, y si se trata de algo puntual o por el contrario sancionable. “Es un tema que lamentablemente se repite y que ya fue tratado en la Mesa del Parlamento a finales de la pasada legislatura con motivo de la inasistencia reiterada entonces de los parlamentarios de Podemos”, ha criticado el presidente del Parlamento Unai Hualde. No hubo sanción entonces porque era ya el final de la legislatura.
“Es la segunda vez que sucede. Es un tema que hay que abordar para que no sea habitual”
Hualde recuerda sin embargo que en aquel momento ya se detectó la necesidad de mejorar los sistemas de control interno para supervisar mejor las asistencias. “Ser parlamentario o parlamentaria con dedicación exclusiva y cobrar una retribución para ello comporta la obligación de asistencia a las sesiones, sea el pleno o las comisiones, salvo ausencia por causa justificada”, argumenta el presidente del Parlamento, que aboga por “estudiar todo esto para que no sea una práctica habitual”.
