ginebra. La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) inaugura una nueva era en la historia de la Física, al descubrir mediante ATLAS (un detector que recoge y analiza los datos del acelerador de partículas) una nueva partícula subatómica que confirma con más de un 99% de probabilidad la existencia del bosón de Higgs, conocido popularmente como la partícula de Dios, un hallazgo fundamental responsable de la creación de la materia y que permite la formación del Universo y todo lo que existe.
Si no fuera por el bosón de Higgs, las partículas elementales que componen todo, desde un grano de arena hasta las personas, los planetas y las galaxias, viajarían por el Cosmos a la velocidad de la luz, y el Universo no se habría coagulado para crear materia. Por esa razón, se le apodó con el nombre de la partícula de Dios. Es la partícula fundamental de lo que se conoce como el mecanismo de Higgs (la partícula subatómica teorizada por el físico británico Peter Higgs en los años sesenta), una especie de campo invisible presente en todos y cada uno de los rincones del Universo y que hace que las partículas dentro de él tengan masa.
Uno de los dos experimentos del CERN que busca el bosón de Higgs, confirmó la observación de una nueva partícula a un nivel de 5 sigma (una forma de medir la probabilidad de que los resultados sean ciertos que ronda el 100%). Esta medición implica que la probabilidad de error es de una en tres millones, cifra que, oficialmente, es suficiente para confirmar el descubrimiento.
el experimento El descubrimietno se llevó a cabo por medio de un LHC, un acelerador de partículas construido en el laboratorio del CERN, e instalado en un túnel circular de 27 kilómetros de circunferencia a cien metros de profundidad en la frontera franco-suiza cerca de Ginebra.
El acelerador está formado por 1232 imanes superconductores que funcionan a una temperatura de menos 271ºC, lo que le hace el lugar más frío del Universo. En el LHC se aceleran protones a casi la velocidad de la luz y se hacen colisionar con una energía de hasta 8 TeV (teraelectronvoltios), la energía más alta alcanzada por el hombre, y reproduce las condiciones de temperatura existentes tan sólo fracciones de segundo después del Big Bang. Produce mil millones de colisiones por segundo.
Una vez producido como resultado de una colisión, el bosón de Higgs rápidamente se desintegra en parejas de partículas más ligeras dejando huellas bien definidas en los detectores, que las distinguen de otras colisiones de menos interés. Los físicos se centran en estudiar aquellos modos de desintegración que permiten más fácilmente identificar una señal de Higgs y medir sus propie.
El CERN presentó estos resultados los resultados hasta el momento en una conferencia científica en su sede principal, en la víspera de una prestigiosa reunión de Física de Altas Energías en Australia.