- Un estudio internacional dirigido por la Comisión Europea alerta de que más de la mitad de la biomasa forestal de Europa podría perderse en pocas décadas debido a perturbaciones naturales provocadas por el cambio climático, como incendios o brotes de insectos.

El estudio, publicado en Nature Communications y liderado por la CE, con participación de la Universidad de Valencia, ha llegado a la conclusión de que los bosques europeos son cada vez más vulnerables al efecto de los vientos, incendios y plagas de insectos, debido al cambio climático.

El estudio cuantifica y mapea la vulnerabilidad de los bosques europeos a estas tres perturbaciones -fuego, viento y brotes de plagas de insectos-, entre 1979 y 2018, mediante la integración de datos de perturbaciones y observaciones satelitales y mediante el uso extensivo de algoritmos.

Los autores estiman que casi el 60% de la biomasa forestal europea -más de 33 mil millones de toneladas- es muy sensible a las ráfagas de viento intenso, incendios, brotes de insectos o una combinación de estos. En particular, la vulnerabilidad a los brotes de insectos ha aumentado en las últimas décadas, y lo ha hecho especialmente en los bosques del norte que se calientan más rápidamente, como en partes de Escandinavia y Rusia, que han experimentado aumentos en la vulnerabilidad a los insectos de alrededor del 2% por década.

La metodología propuesta parte de un enfoque de aprendizaje automático basado exclusivamente en datos y, por lo tanto, es reproducible y aplicable a gran escala. El estudio identifica las propiedades estructurales de cada bosque según el clima local y las condiciones topográficas, factores que influyen en la vulnerabilidad de las masas forestales a las perturbaciones.

Los bosques de climas fríos de Finlandia, el norte de Europa de Rusia y los Alpes (Italia, Francia, Suiza, Austria) y, en cierta medida, los bosques cálidos y secos del interior de la Península Ibérica (España, Portugal) fueron identificados como ecosistemas particularmente frágiles; se caracterizan por una alta vulnerabilidad a las perturbaciones naturales y una intensificación progresiva debido a los cambios climáticos.