Navarra ha sacado los peores resultados de su historia en PISA y es, junto a la CAV y Catalunya, la comunidad que más retrocede en la última década. ¿Qué nos ha pasado?

–Honestamente no me atrevo a decir por qué pasa. Los resultados de un informe concreto pueden deberse a mil factores, pero cuando analizas una trayectoria es cuando encuentras información relevante. En la última década se observa el bajón, pero hay CCAA (Castilla y León, Asturias, Cantabria y La Rioja) que resisten mejor que otras. En 2012 y 2015, Navarra era la mejor comunidad con diferencia. Después nos hemos ido durmiendo en los laureles y alguien nos tendrá que dar un estirón de orejas. Hace unos años, en pleno covid, coincidí en una reunión con la presidenta de Navarra y el consejero de Educación, y les advertí de que veía datos preocupantes. Pero les vi muy satisfechos con los resultados. Y la letra pequeña de estos informes es muy preocupante.

¿Percibe cierta autocomplacencia?

–Sí y me preocupa. Hubiera sido más honesto decir nuestra trayectoria es preocupante, pero no os inquietéis porque vamos a analizar lo que ha pasado para adoptar medidas. Sin embargo, cuando salieron los datos leí ciertas noticias que me causaron dolor. A ver, en Matemáticas, por ejemplo, no se puede decir que estemos mal, pero es que veníamos de unos resultados buenísimos. Cuando has tenido datos buenos quiere decir que los puedes tener y, si los puedes tener, no te puedes conformar con menos. Observo una relajación clara del sistema educativo navarro. Yo vivo en Catalunya y me jactaba de que en Navarra los hijos de padres obreros sacaban mejores resultados que los hijos de padres universitarios catalanes. Y todo eso, no me atrevo a usar palabras grandes de que ha empezado a resquebrajarse, pero es una señal de alarma muy importante y como los gestores políticos no se lo tomen en serio, corremos riesgos graves. En Navarra no tenemos oro, ni pretróleo, ni minas... sólo capital humano. No nos lo podemos jugar. 

¿Qué es lo que más le ha llamado la atención de la letra pequeña?

–Varias cosas. Hay un tema que me interesa mucho y es la diferencia entre el alumnado que está en las dos franjas superiores, los que están perfectamente capacitados para enfrentarse aun mundo complejo, y aquellos que están en las dos inferiores, los que presentan déficits relevantes. Resumiéndolo mucho se podría decir que los que están en las dos franjas de arriba son los estudiantes excelentes y los de abajo los que tienen deficiencias claras. Pues bien, en 2012 y 2015 Navarra tenía un 15% de excelentes (solo La Rioja se acercaba. En 2018 bajó al 11% y en 2022 al 8%, es decir, tenemos un 5% menos de alumnado excelente. Ese dato es preocupante, pero aún es más alarmante la subida del alumnado con deficiencias: del 14% de 2012 y 2015 al 20% este año. Es decir, uno de cada cinco escolares navarros tiene una falta considerable de competencias. 

El sistema educativo genera más deficiencia que excelencia...

–Sí y con ello se aleja de la equidad. Actualmente tenemos un 12% más de alumnado con deficiencias que con excelencia. En 2012 y 2015 generábamos más excelencia que deficiencia (+1%). Estábamos al nivel de Finlandia, éramos los mejores. Y no tuvimos una bendición del cielo para tener esos datos, es lo que podemos tener. Si haciendo las cosas con normalidad teníamos unos magníficos resultados no tenemos excusas para contentarnos con menos. Aún estamos a tiempo para reaccionar porque no se puede decir que nuestros resultados sean horrorosos, pero desde 2012 el alumnado navarro ha retrocedido un curso escolar (la OCDE establece en 20 puntos). En Matemáticas hemos pasado de 517 a 492 puntos (25 menos), en Ciencias de 514 a 489 (-25) y en Lectura, de 509 a 478 (-31). 

“Uno de cada cinco escolares tiene falta de competencias; generamos más deficiencia (20%) que excelencia (8%) y eso nos aleja de la equidad”

El consejero afirma que nunca antes había una muestra más amplia de alumnado de origen migrante en la muestra (20%) y valora que se ha reforzado la equidad ya que en competencia lectora, la diferencia entre alumnado de origen migrante y nativo no es significativa.

–Está claro que a mayor inmigración, mayores dificultades, pero hay que asumir las responsabilidades porque la realidad de Navarra es la que es y hay que aceptarla. Curiosamente la diferencia entre inmigrantes y nativos es menor en Lectura (15 puntos) que en Ciencias y Matemáticas, 25 y 40 respectivamente. Es un dato que me resulta imposible encontrar una explicación. Una hipótesis sería que se esté bajando el nivel de comprensión lectora. También es llamativa la diferencia que hay entre los resultados del alumnado pobre y rico. En concreto en Lectura es de 58 puntos, dos cursos escolares. Y se agranda la distancia según la titularidad de centro. En Matemáticas hay una diferencia de 29 puntos a favor de los privados-concertados mientras que en Ciencias es de 31 y en Lectura, de 41. Este último es el dato que mejor predice la evolución futura y preocupa.

¿Cree que ese bajón en comprensión lectora puede deberse al excesivo uso de las TIC en el aula? Cada vez hay más voces que piden menos pantallas en la escuela...

–El último informe PISA se plantea esta cuestión pero da una de cal y otra de arena. Creo que aquella ilusión que apareció hace unos años de que la tecnología iba solucionar todos los problemas educativos hoy no la sostiene nadie. Ahora bien nos equivocaríamos si retirásemos las pantallas de las aulas. PISA dice una cosa interesante: hasta una hora diaria de pantalla resulta beneficiosa, a partir de ahí hay que andar con tacto. En este tema ocurre una cosa y es que las tecnologías avanzan mucho más rápido que nuestra capacidad para analizar sus resultados. Tenemos que introducir tecnologías cuando aun no conocemos los efectos por lo que debemos ser prudentes y creo que la Administración debería crear escuelas piloto en las que esto se estudie antes de generalizarlo. Los dos últimos estudios PIRLS sobre comprensión lectora constatan que, en general, cuando se compaginan los dos tipos de lectura, pantalla y texto, se obtienen mejores resultados. Mi visión es que la relación pedagógica normal es la relación cara entre maestro y alumno, y que eso no tiene sustitutos pero ha de tener complementos.

“Erraríamos si retirásemos las pantallas del aula; la relación pedagógica maestro-alumno no tiene sustitutos pero ha de tener complementos”

Está claro que no podemos educar de espaldas a la tecnología...

–Me parecería absurdo. Veo un alarmismo terrible. Yo que soy de Azagra y he pasado mi infancia en el campo creo que una azada es una tecnología mucho mas peligrosa que un móvil. Preguntemos a la gente del campo cómo está de salud, quien tiene la columna bien... No podemos hacer como si antes viviéramos en el paraíso y las tecnologías hubieran venido al alterarlo todo. En Suecia se han dado cuenta de que es necesario compatibilizar la pantalla con el papel, porque parece que en extensiones mayores de 500 palabras la capacidad de retención es mayor en papel. Pero nadie la está eliminando.

Quizá la clave es adaptar la tecnología a la pedagogía y no al contrario como se hace en alguna ocasión.

–Suelo decir que las tecnologías son prótesis antropológicas que amplifican lo que somos. Pero la educación debe tener claro que lo importante es lo que somos. La tecnología debe estar al servicio de la educación y no al revés. Yo estoy contento de vivir en el mundo en el que vivimos. A ver, cuanto más poderosa es la tecnología más se podrá utilizar para bien y para mal. La clave está en educar los intereses.

“Cada vez hay más familias que sienten que la escuela ya no es suficiente y dedican más recursos a completar la formación de sus hijos”

¿Cree que la expansión de los programas de aprendizaje en inglés puede estar detrás del retroceso?

–Hasta ver los datos de Madrid le hubiese contestado, sin duda, que el bilingüismo perjudica. Al ver los datos de Madrid tengo que decir que hay que pensarlo más despacio.

En los últimos años se ha implantado el aprendizaje por competencias y hay quien asegura que nos estamos olvidando de los contenidos y conocimientos. ¿Cuál es su opinión?

–La teoría competencial de nuevo no tiene nada. Cuando estudiaba en la Escuela de Magisterio Huarte de San Juan de Pamplona ya nos hablaban de objetivos operativos como llevar el saber a lo operativo. Lo que sí veo peligroso es la denigración de la memoria, que no es otra cosa que el residuo que deja la experiencia del pasado. Una experiencia educativa debe dejar un poso. Ahora acaba de salir la quinta edición de mi libro La escuela no es un parque de atracciones. Lo titulé así porque a un parque de atracciones vas a divertirte sin esperar a que deje ningún residuo. A la escuela, no vas a pasarlo mal, pero es importante que las actividades que hagas y que pueden ser muy amenas te dejen un residuo que incremente el vocabulario, los conceptos... Hay una verdad que tendemos a olvidar y es que no se puede pensar sobre información ausente. Si quiero hablar del cultivo del espárrago en la Ribera tendré que tener datos porque si no te diré ocurrencias. Y a la escuela se va para tener algo más que ocurrencias u opiniones. Ahí sí veo un riesgo, en creer que sólo haciendo cosas se va a llegar al conocimiento. Estamos cayendo en un activismo que, por hacer muchas cosas, se olvida de trabajar los conceptos y, sobre todo, de evaluar. No hay aprendizaje si no ha habido una modificación en la memoria. Respetemos al máximo la memoria. Eso no quiere decir que tengamos que acumular datos, pero está claro que si no está en la memoria es que no se ha aprendido. Nadie quiere tener menos memoria. 

“Veo riesgo en creer que sólo haciendo cosas se va a llegar al conocimiento”

Su planteamiento choca con la Lomloe. ¿Ve posible algún tipo de replanteamiento? 

–En algunos países ya se están introduciendo cambios. El currículo de Australia está muy centrado en asignaturas y no santifican las competencias como lo estamos haciendo nosotros. Los orientales tampoco las están santificando, Escocia se está echando para atrás... Las cosas en educación evolucionan y corres muchos riesgos si conviertes un método pedagógico en un dogma de fe. Y ahí puede estar una de las claves de lo que está pasando en Navarra. Hemos bombardeado al profesorado con nuevos conceptos, y al mismo tiempo les hemos cargado de burocracia. Nunca ha habido tanta como ahora. Recuerdo en la capacidad de espontaneidad que tenía cuando trabajaba de maestro, y ahora tienen que hacer tal cantidad de cosas… Cuando la carga es excesiva, la gente intenta solucionarlo como puede, a veces se inventan respuestas. Hace unos años pregunté a un político de Singapur que era lo que hacían bien. Me contestó que la clave de la educación es que cada docente sepa  por qué hace lo que hace en cada momento. Las buenas intenciones sólo están en los resultados. ¿De que me sirve tener un ministro que tenga las mejores intenciones en hacer una ley educativa? Lo que me interesa es como consigue contagiar a los docentes porque educamos por impregnación. El profesorado debe estar motivado y entender las razones de lo que hace y creo que con la Lomloe estamos asistiendo a una cierta perplejidad de los docentes que, en muchas ocasiones, nos se reconocen en lo que hacen.

“Las cosas en educación evolucionan y es muy arriesgado convertir un método pedagógico en un dogma de fe”

Y las familias parece que no terminan de confiar en las escuelas porque cada vez son más las que llevan a sus hijos e hijas a clases de refuerzo, a inglés....

 –Acabas de toca un tema esencial, De todos los debates educativos, el que más me preocupa es por qué las familias están dedicando cada vez mas recursos en completar la formación escolar de sus hijos. Porque además eso introduce un elemento de desigualdad. Pero claro como padre tu quieres lo mejor para tu hijo. Entonces, ¿no será que las familias que se lo pueden permitir están empezando a pensar que la escuela es muy importante, pero no es suficiente? La conclusión más relevante del último estudio de Esade decía que los pobres buscan el reforzamiento de las materias escolares y los ricos la ampliación de conocimientos. 

Quizá hay una cierta obsesión...

–Claro que existe esa obsesión pero no es gratuita. El futuro se ha vuelto problemático y muchas familias tienen la sensación de que con la escuela ya no es suficiente. Debemos trabajar con realidades y una de ellas es que un número cada vez más creciente de padres dedica cada vez más dinero a las actividades extraescolares de sus hijos. Habrá que ver como evoluciona en el tiempo pero puede ser letal para la escuela. 

Radiografía PISA

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