Pocas cosas se pueden hacer cuando los termómetros alcanzan cifras tan elevadas como las de este fin de semana. Intentar escapar de este apabullante calor en la sombra de los árboles, darse una vuelta al anochecer o simplemente quedarse en casa enfrente del ventilador son opciones muy válidas. Pero algo mejor están las personas que van a pasar el día a la piscina.
Las piscinas municipales de Burlada ilustran muy bien esta estampa veraniega. En la sombra de los árboles no entra nadie más. Mientras tanto, el sol queda para los más valientes, o tal vez para los que no han tenido la oportunidad de elegir. Hay personas que prefieren quedarse tumbadas jugando a cartas y otras prefieren darse una vuelta mientras se toman un helado. Pero en estos días hasta los más frioleros se animan a zambullirse en el agua. Los más pequeños, que por lo general prefieren irse al agua, disfrutan de un chapuzón con sus amigos. Y es que los más txikis son capaces de crear sus propios juegos olímpicos. Las competiciones de quién nada más rápido o quién da el mejor salto son más que frecuentes. Eso sí, siempre con la supervisión de los socorristas y siguiendo una serie de normas que deben cumplir.
Medidas básicas
Eneritz Fernández y Talla Samb, socorristas de la piscina, aseguran que “el ambiente por lo general es muy bueno y que “suele haber muy pocas quejas por parte de los usuarios”. Aun así, admiten que las normas para los menores son las que más problemas causan. “Hay padres que no lo entienden y se quejan”, comenta Talla, haciendo referencia a la obligación de que los menores de 10 años vayan acompañados al agua por personas responsables mayores de 16.
Hay normas más conocidas como la obligación de ducharse antes de entrar al agua o la de llevar ropa adecuada para el baño. Pero también hay otras que la gran mayoría desconocen. Eneritz Fernández explica que “no se puede acceder a la zona con gafas de sol”, ya que objetos como este pueden poner en riesgo la seguridad del resto de bañistas. De esta forma, al recinto de la piscina solo se puede acceder con la toalla y el bañador.
Pero fuera del agua también hay una serie de normas que se deben cumplir. Comer fuera de las zonas delimitadas para ello, clavar sombrillas en el césped o realizar cualquier actividad que moleste al resto de personas están totalmente prohibidas. Así, socorristas y usuarios deben encontrar el balance entre disfrutar y amenizar la labor de los trabajadores.