Uno de los coches de mayor alta gama deportiva que ha cruzado Navarra, un Bugatti Veyron, un superdeportivo valorado en más de un millón de euros que fue multado el miércoles en la N-135 en Larrasoaña por realizar adelantamientos en línea continua, no iba solo en su trayecto. Como se dijo en la noticia, una patrulla de la Policía Foral interceptó sobre las 11.45 horas al coche, con unos 1.000 caballos de potencia, después de que varios usuarios de la vía alertasen de las maniobras ilegales realizadas por su chófer, un hombre de 59 años de nacionalidad belga, que viajaba en caravana con otros vehículos deportivos. Los agentes multaron al conductor del Veyron con una infracción administrativa sancionada con 200 euros. El conductor ha abonado la multa en el momento, por lo que quedó reducida a 100 euros por pronto pago.

Y esta caravana de modelos de gran velocidad no era un convoy cualquiera. Se trata del Bugatti Tour, una experiencia única que ha reunido a selectos clientes europeos de la marca en un evento exclusivo con varios vehículos de este tipo. Los coleccionistas se han alojado esta semana en un hotel palacio de Biarritz, y a lo largo de esta semana han realizado exhibiciones fotográficos en el Museo Guggenheim de Bilbao y en el Museo Balenciaga de Getaria, además de transitar por las carreteras de la costa vasca.

Entre la veintena de automóviles reunidos, destaca también un modelo Divo, cuyo precio supera holgadamente los cinco millones de euros y apenas existen cuarenta unidades en el mundo. E igualmente se encuentra un Bugatti Chyron Pur sport negro, valorado en 9 millones, del que apenas hay ejemplares en el mundo y otro Chyron Supersport.