En algún momento de nuestra vida todos hemos necesitado usar un pegamento extrafuerte, de esos que anuncian que aguantan muchos kilos con una gota, que son de secado rápido y que lo pegan todo. Incluso nuestra piel.

Porque si algo tienen estos pegamentos es que son lo suficientemente líquidos para que escurra esa gota que entra en contacto con nuestros dedos y ya no podamos separarlos.

Es entonces cuando viene a nuestra mente esa advertencia de seguridad que ruega encarecidamente que esto no pase y lamentamos no haber seguido leyendo.

El consenso general en los muchos vídeos que se pueden encontrar en internet es usar un disolvente o un quitaesmalte con acetona. Pero hay otras maneras, afortunadamente, ya que no siempre se tiene este producto a mano.

Desde la propia web de la empresa Loctite dan consejos más o menos caseros para hacerlo a pesar de contar en el mercado con un producto específico para ello. Eso sí, distinguen la zona donde se encuentra el pegote para actuar de distintas maneras o con productos diferentes.

En cualquiera de los caso lo que sí avisan de que es un proceso sencillo pero largo, por lo que es necesaria mucha paciencia.

Pegamento en las manos

Es lo más habitual. Con los dedos se sujetan las dos piezas que se quiere unir y escurre un poco de pegamento sobrante. O en el momento de apretar el tubito, la fuerza es excesiva y sale disparado más material del esperado. Resultado, pegote en la piel o dos dedos unidos con firmeza.

Tranquilidad, hay varias posibilidades más allá de la acetona.

Una primera solución es emplear agua tibia y jabón. Durante unos minutos podemos mantener sumergida la zona afectada en un recipiente con agua jabonosa tibia o calentita pero soportable. Tras unos minutos, ir despegando poco a poco la piel. No hay que dar tirones como si fuera una tirita ni forzar, puedes hacerte una herida mientra que en el otro dedo sigue habiendo un pegote que hay que eliminar. Lo dicho, paciencia para dejar actuar a la mezcla.

Una buena receta es usar jabón de lavadora. La proporción que sugieren los de Loctite es una parte de detergente y 3 de agua tibia. Hay que aplicar la mezcla resultante sobre la piel y frotar hasta que se separen las dos partes.

¿Y si mi piel es sensible al jabón? Una buena alternativa es el zumo de limón. Mezclado a partes iguales con agua templada, se aplica sobre el pegamento con un bastoncillo para los oídos. De nuevo paciencia, es lento pero seguro.

Puede que solo sea un pegote en la mano, o muchos ya que hemos decidido seguir hasta terminar el trabajo al mantener todavía operativos los dedos. En este caso, embadurnarse las manos con aceite de oliva o con margarina (lo que hace pensar que otros aceites vegetales también sirven) es una recurso válido. La grasa hará que la adhesión del pegamento se vaya debilitando.

Pegamento en las uñas

La queratina de las uñas ofrece una superficie distinta al del resto de las manos y es fácil que, al estar en la punta de los dedos, cuando se manipulan piezas pequeñas se llenen de pegamento. Y como se meta debajo es muy molesto.

Volvemos al agua templada con jabón para evitar productos que dañen la uña. Hacer la mezcla en un pequeño bol y poner a remojo el dedo afectado. A medida de que vaya haciendo efecto, frotar con suavidad hasta que se desprenda por si sólo.

Pegamento en el pelo

El salpicón al apretar el tubo ha sido más fuerte de lo previsto y el chorro ha llegado hasta el cabello. Siempre queda la opción de recortar el mechón afectado, pero ese trasquilón no queda bien. La opción de la acetona puede dañar el cabello.

Lo ideal es emplear champú y acondicionador. Vuelve la fórmula del agua jabonosa pero en forma de ducha y con productos más adecuados para el cuidado de cuero cabelludo. Una vez bien aclarado el pelo, pasarse un peine fino por el mechón afectado para separar bien todo el cabello y asegurarse de que no quedan restos. ,

Pegamento en los labios, párpados u ojos

Es el más desafortunado de los casos. Ahora sí que sí hay que olvidarse de la acetona. Y lo más prudente es acudir a un centro médico. Según la página web de SuperGlue Corporation, “no se conocen casos de daño permanente por este tipo de lesión”.

Según explican, el adhesivo de cianoacrilato se adhiere instantáneamente a las áreas húmedas, por lo que es casi imposible tragar el Super Glue líquido o que llegue a los ojos. La pega está en que hay que esperar a las células de la zona afectada se deshagan del pegamento por sí solas. Afortunadamente, el tejido de los ojos y los labios se regenera muy rápidamente, por lo que el pegamento se desprende naturalmente.

Si cae este tipo de pegamento en el globo ocular o los párpados es probable que deba usar un parche o cubrir el ojo con una gasa. El pegamento se desprende naturalmente del globo ocular después de varias horas.

En el caso de los labios, la propia saliva ayuda a eliminar el pegote y la lengua puede servir de delicada palanca, pero hay que tomárselo con calma y no forzarlo, ya que si bien se regenera relativamente rápido, es más delicada que el resto de la piel, por lo que es más fácil hacerse una herida.