Moscú/Kiev - Rusia y Ucrania efectuaron ayer el primer canje de presos desde que estallara en 2014 la guerra en el este ucraniano, en lo que ha sido calificado por ambos gobiernos como un “primer paso” hacia la normalización de las relaciones. En total, 70 detenidos han sido liberados, 35 de cada parte, en una operación que comenzó a primera hora y que concluyó pasado el mediodía cuando despegaron desde los aeropuertos ruso de Vnúkovo y ucraniano de Boríspol de manera simultánea dos aviones con los prisioneros intercambiados a bordo.

El proceso comenzó a allanarse el pasado 11 de julio en la primera conversación telefónica que mantuvieron los presidentes ruso y ucraniano, Vladímir Putin y Vladímir Zelenski, respectivamente, desde que este último asumiera la Jefatura del Estado de Ucrania en mayo. Pero fue necesaria otra llamada el 7 de agosto para dar un impulso al canje. “Llegamos a un acuerdo sobre la primera etapa del desbloqueo de nuestro diálogo, sobre el retorno de nuestros prisioneros, la devolución de nuestros territorios, y también alcanzamos un acuerdo sobre el cese de la guerra y acordamos crear grupos de trabajo”, reveló ayer Zelenski en el aeropuerto de Boríspol. Para el presidente ucraniano, que lleva poco más de tres meses en el cargo y que llegó al cargo siendo un inexperto en política al haber sido cómico en una serie de televisión previamente, el intercambio es un importante logro, algo que su antecesor, Petró Poroshenko, jamás consiguió debido a sus malas relaciones con Putin. El último gran canje de prisioneros se efectuó en 2017, pero no entre los dos gobiernos, sino entre Kiev y los rebeldes prorrusos.

Zelenski dijo desde un principio que su máxima prioridad era conseguir la liberación de todos los presos ucranianos y poner fin a la guerra en el Donbás entre los rebeldes prorrusos y el Ejército ucraniano. De ahí que la puesta en escena en el aeropuerto de Boríspol para recibir a los presos ucranianos liberados fuera considerable. Zelenski, acompañado de los familiares de los canjeados, recibió y saludó personalmente a cada uno a pie de pista.

Bajaron del avión ucraniano los 24 marineros detenidos por Rusia en el incidente naval del 25 de noviembre en el mar Negro, cuando guardacostas rusos dispararon contra sus buques y les cerraron el paso por el estrecho de Kerch, cuando se dirigían al mar de Azov. También pisó finalmente suelo ucraniano el cineasta Oleg Sentsov, premio Sájarov a la Libertad de Conciencia de la Eurocámara y condenado en 2015 a veinte años de prisión por Rusia, que lo declaró culpable de perpetrar dos ataques terroristas y de preparar un tercero en la península de Crimea, anexionada por Rusia en 2014.

Zelenski, que se fundió en un sentido abrazo con él, consideró que el canje es “un primer paso” para terminar la guerra y un “primer capítulo” en la normalización de las relaciones con Rusia. Indicó que ahora Rusia y Ucrania deben avanzar hacia la liberación de todos los presos y dar pasos hacia el cumplimiento de los Acuerdos de Minsk firmados en 2015 para poner fin a la guerra, así como retomar las conversaciones de paz en el formato Normandía (Rusia, Ucrania, Francia y Alemania) a nivel de líderes.

Del lado ruso, el recibimiento de los presos liberados fue muy diferente. Putin no les esperaba en el aeropuerto. Entre las personas que Kiev entregó a Moscú figura el periodista Kiril Vishinski, director de la agencia estatal rusa RIA Nóvosti en Ucrania, que fue arrestado en 2018 bajo acusación de alta traición y recientemente puesto en libertad con cargos. - Efe