pamplona - Peio y Patxi, estelleses de 63 y 64 años, respectivamente, son dos de los cinco exalumnos que denunciaron el pasado mes las conductas pedófilas de José San Julián, primer director y fundador del Colegio Diocesano Nuestra Señora del Puy de Estella. Los exalumnos, que estudiaron en el centro durante cuatro años Peio y diez Patxi, participaron el pasado jueves en la primera reunión oficial de la Asociación de víctimas de abusos sexuales en centros religiosos donde relataron al resto de integrantes de la asociación, víctimas al mismo tiempo, los horrores sufridos en los años 60.

¿Qué recuerdos tienen del colegio El Puy?

-Peio: Lo único que sé es que aquello era una cárcel de hostias, la mayoría de profesores te metían leches por un tubo. Y, a nivel sexual, ibas poco a poco viendo lo que oías de otros compañeros y lo que te podía tocar a ti. Como ya relaté en la denuncia, a mí personalmente no me llegaron a tocar, pero una vez, como castigo, el director San Julián me hizo desnudarme completamente en la secretaría por unos 15 minutos mientras él se sentaba a mirarme. Puede que se estuviera tocando, pero yo entonces era un ingenuo y no sabía qué pasaba, y más en aquellos años, que el catolicismo suponía el aplastamiento de la educación sexual y familiar.

-Patxi: La experiencia represiva en el colegio es incuestionable, desde el principio hasta el final. Por otra parte, también he tenido muchas experiencias de abusos sexuales. Por ejemplo, San Julián nos hacía confesarnos a diario y, al preguntarte por el sexto mandamiento (que versa sobre no cometer actos impuros) se veía cómo se relamía con el tema, y, a la vez, te metía mano. Pero eso lo hacía en todos lados, en el confesionario o donde quisiera, y casi siempre delante de los otros alumnos. Esto pasaba conmigo y con otros tantos como yo.

¿Las actitudes pedófilas eran solo por parte del director o había también otros profesores?

-Peio: A mí solo me pasó con San Julián, pero aquello lo sabían todos los profesores del centro. Aquello era fascismo y no se podía decir nada más.

-Patxi: De mí abusaba continuamente el director San Julián, pero luego me he enterado de que pudo haber más personas que tuvieron comportamientos similares.

¿Cómo era el carácter de José San Julián?

-Peio: Era una persona muy sádica. Conocíamos sus inclinaciones, pero no podíamos darle un sentido psicológico porque no teníamos la edad suficiente como para entenderlo.

-Patxi: No nos causaba problemas solo en lo sexual, también era muy violento y nos agredía físicamente. Me acuerdo de recibir hostias contra la pared, de sacarnos de clase agarrados de los pelos, de dar golpes con los que a los chavales se les saltaba la saliva... Yo he sido profesor durante 40 años y no se me ha ocurrido hacer nada parecido nunca. Será lo que se dice: mal domado, buen domador. Esas experiencias han tenido mucho que ver en cómo soy hoy.

¿Compartían su experiencia personal con otros compañeros?

-Peio: Siempre había un runrún, una especie de comentarios por debajo que no llegaban arriba. La autoridad era muy severa y estaba muy marcada, pero todos lo sabían, y sino es que eran tontos.

-Patxi: Yo sí que sé de otros compañeros que todavía han sufrido peores experiencias que yo, especialmente los alumnos que estaban internos, que hasta se les metía en la cama.

Cuando apareció Koldo (nombre ficticio), la primera persona que denunció los abusos por parte de San Julián en El Puy, ¿cuál fue la reflexión personal que los llevó a denunciar?

-Peio: Tanto Patxi como yo conocemos a Koldo desde niños. Un día comentó que iba a denunciar estos hechos y nosotros lo apoyamos. A mí no me iba a hacer mejor ni peor, pero la denuncia aporta a la cuestión social y hace que tire para adelante. Cada uno respondía de una manera y yo me hice más rebelde, pero porque tenía causas para serlo. No creo que tuviera más secuelas psicológicas, pero sí tuve secuelas respecto a la pobreza o inexistencia de la educación sexual. Éramos hijos de la ignorancia.

-Patxi: Yo, en cuanto terminé Bachiller, me olvidé de El Puy. Fue una época con mucha represión y quise dejarla atrás. La cuestión psicológica es difícil de evaluar.

¿Qué les parece la respuesta que han dado la Iglesia, El Puy o los demás centros religiosos después de destaparse todos los casos de pedofilia? ¿Qué le pedirían a la Iglesia?

-Peio: Que se disuelva y punto. Todo lo que pasa dentro de los centros religiosos es una esquizofrenia. También recuerdo a gente buena en el colegio, pero no era lo habitual.

-Patxi: La respuesta que han dado me parece absolutamente insuficiente. Están predicando una cosa y haciendo otra. No es solo dar una respuesta, también hay que tener en cuenta la reparación, que será muy difícil, y, por supuesto, dar los pasos necesarios para que no vuelvan a darse casos similares. Pero no les veo dispuestos a adoptar ninguna de esas actitudes.