El testimonio de Amaia Romero en el programa 'Salvados' Amaia Romeroy los problemas que le ha acarreado la fama ha vuelto a poner de relieve la necesidad de tratar los problemas de salud mental que sufren los jóvenes. En el capítulo de este domingo en laSexta se habló también de suicidio. 3.941 personas fallecieron por suicidio en todo el Estado en el año 2020, la cifra más alta desde que se tienen registros. En Navarra fueron 46, de las que únicamente el 55% habían sido atendidas en centros de Salud Mental.

Javier Royo, psiquiatra del centro infanto-juvenil Natividad Zubieta, advierte del aumento de casos de intento de suicidio en adolescentes. Esta es la crónica de un acto del pasado noviembre en el que se celebró el Día Internacional de los Supervivientes al Suicidio, organizado por la asociación Besarkada. En dicho coloquio también intervino el director general de Salud, Carlos Artundo.

"Puede que todavía no haya datos concretos, pero yo hago guardias de psiquiatría en el Hospital Universitario de Navarra y puedo asegurar que el intento de suicidio ha crecido. Hace años, la probabilidad de que hubiera un intento autolítico -conducta potencialmente autolesiva con evidencia (explícita o implícita) de que la persona intentaba morir- en un adolescente era remota. Ahora en cada guardia, prácticamente vas a ver uno o dos, seguro", aseguró Royo.

El psiquiatra señaló que hay una gran cantidad de factores a la hora de identificar un adolescente tiene un riesgo de cometer suicidio: "Se sabe perfectamente que más del 80% de los adolescentes que se suicidan tienen trastornos psicopatológicos. Por eso, nuestra obligación debería ser tratar de detectar esos trastornos", apuntó.

En ese sentido, explicó que el trastorno de mayor riesgo es la depresión, aunque es importante acotar bien el término y "no confundirlo con lo que coloquialmente se conoce como estar depre". "Tampoco significa que todos los adolescentes que se deprimen se van a suicidar, en absoluto. Muchos adolescentes tienen ideas suicidas cuando están deprimidos, pero no lo hacen. No es un único factor", apuntó Royo, que señaló que la combinación más terrible es "tener síntomas depresivos, tener problemas de conducta añadidos y consumir tóxicos". "Es la combinación más desgraciada, con un riesgo más alto".

También advirtió que últimamente están viendo un importante incremento de intentos autolíticos con medicamentos, algunos que se pueden incluso sin receta, así como de autolesiones, por ejemplo con cortes. "Hace años, las autolesiones no se veían prácticamente y ahora muchísima gente se autolesiona haciéndose cortes", explicó.

UN 5% DEL PRESUPUESTO DE SALUD A SALUD MENTAL Royo aseguró que le parece "terrible" el dato de que del presupuesto total de Salud en Navarra se destine únicamente un 5% a salud mental, más si cabe cuando el suicidio es la segunda causa de muerte en adolescentes, solo por detrás de los tumores. "Me gustaría saber, de ese presupuesto del 5%, cuánto va a infanto-juvenil. No lo se, no tengo el dato. También me gustaría saber, de la parte de infanto-juvenil, cuánto va a políticas de prevención de suicidio. Tampoco tengo el dato, pero no creo que sea mucho", señaló.

Sólo el 55% de los navarros que se suicida acudió a Salud Mental

En Navarra murieron 46 personas en 2020 por suicidio y de éstas sólo el 55% habían sido atendidas en centros de Salud Mental. "Este dato nos hace cuestionarnos si es posible una mejora en la cercanía y accesibilidad a tratamientos terapéuticos que incidan en el abordaje, gestión del sufrimiento y prevención del suicidio", afirman desde la asociación Besarkada-Abrazo de personas afectadas por el suicidio.

Esta entidad reclama la clase política navarra que se plantee un aumento de inversión en el ámbito de la salud mental, al considerar escasa la actual dedicación presupuestaria. "En el año 2020 en Navarra únicamente el 5% de la inversión en Sanidad se ha destinado a este sector, lo cual resulta insuficiente puesto que no da abasto para atender las necesidades de los ciudadanos", denuncia la asociación.

Las personas que se han suicidado y las personas que están en duelo por suicidio acuden más a los servicios de Atención Primaria que a los recursos especializados de Salud Mental, según señalan desde la asociación. "Hasta un 50% de la asistencia que se da en Atención Primaria está relacionada con problemáticas de salud mental (muchas de ella en comorbilidad con enfermedades y síntomas físicos)".

Al respecto, destacan que "se ha demostrado que proporcionar tratamientos psicológicos en trastornos mentales moderados y en estadios más precoces en Atención Primaria es muy eficaz, con muy buenos resultados de remisión y un incuestionable ahorro económico. Además descarga el volumen de atención desde Salud Mental y permite reducir sus listas de espera que en este momento están sobre saturados. La cercanía y accesibilidad a este primer estadio de ayuda psicológica contribuye de forma decisiva a la desestigmatización del hecho de necesitarla".

MAYOR BENEFICIO Besarkada-Abrazo resalta que los resultados de diferentes estudios muestran cómo por cada euro que se invierte en la detección y tratamiento precoz de la conducta suicida revierte en un beneficio económico de 3 euros para el ámbito de salud, es decir se triplica. "Pero además si se incluyeran los ahorros que genera en el ámbito laboral el beneficio sube a 15 euros más por euro invertido". Por ello, desde Besarkada-Abrazo "instamos a la clase política a que se plantee un aumento de inversión en el ámbito de Salud Mental. En el año 2020 en Navarra únicamente el 5% de la inversión en Sanidad se ha destinado a este sector, lo cual resulta insuficiente puesto que no da abasto para atender las necesidades de los ciudadanos".

Desde Besarkada-Abrazo sostienen que "la sociedad tiene un papel muy importante y activo en la estigmatización de quienes vivimos este duelo. Porque el dolor generado por un suicidio consumado no sólo se cura con la terapia profesional, también necesitamos del calor de los nuestros y el acogimiento de nuestra comunidad. Tenemos una gran deuda social: restituir el reconocimiento de este dolor, favorecer los recursos humanos, sociales y profesionales para apoyar a quien está experimentándolo. Para transformar esta estigmatización es necesario el apoyo desde los estamentos político-administrativos". Sin embargo, lamentan, "los supervivientes a un suicidio no estamos incluidos como eje troncal en las políticas-planes de prevención del suicidio, cuando se sabe que la ideación y el riesgo de suicidio aumenta exponencialmente en las personas que viven este duelo".

La expresión supervivientes al suicidio se adjudicó, desde la Asociación Americana de Psiquiatría, a las personas que vivían este inmenso dolor cuando constató que los niveles de sufrimiento y estrés que experimentaban eran de la misma intensidad que los que sufrían los supervivientes a un campo de concentración. "Esto implica que son niveles que en general en la vida cotidiana no se experimentan y por eso entraña tanta dificultad para comprenderlos, vivirlos y/o acompañarlos, tanto desde el ámbito social como desde el ámbito de profesionales de salud", concluye desde Besarkada-Abrazo.