Un grupo de investigadoras de la UPV/EHU han colaborado con un equipo internacional para avanzar en el uso de nanoimanes para administrar las terapias dirigidas contra las células cancerígenas que se han desarrollado en el organismo humano.

El grupo multidisciplinar Magnetismo y Materiales Magnéticos (GMMM) de la Universidad del País Vasco, liderado por la profesora de la Facultad de Ciencia y Tecnología Maria Luisa Fernández-Gubieda,  participa en una investigación internacional sobre el empleo de bacterias magnéticas en el tratamiento contra el cáncer, que ha sido publicado en la revista ACS nano.

El objetivo con el que trabajan los científicos es el de poder llegar a introducir un nanovehículo dotado de una estructura magnética que permita controlarlo y dirigirlo dentro del organismo humano mediante campos magnéticos para llevarlo al lugar preciso en el que se necesite liberar un medicamento o radiar células cancerosas para eliminarlas sin dañar las células válidas.

El grupo científico de investigadoras de la UPV/EHU ha centrado su trabajo, según explica este jueves la institución académica, en el uso de bacterias magnéticas, conocidas como bacterias magnetotácticas, para conseguir dicho objetivo, ya que "tienen la sorprendente habilidad de formar nanopartículas magnéticas de óxido de hierro dentro de sus células".

Dichas nanopartículas magnéticas, con diámetros de unos 50 nanómetros (100 veces más pequeñas que las células de la sangre), se organizan dentro de la bacteria en forma de cadena, la cual actúa como una brújula magnética y orienta la bacteria en su conjunto en la dirección definida por un campo magnético.

La idea sería utilizarlas para tratar el cáncer mediante hipertermia magnética o transporte de medicamentos: dirigirían las bacterias al lugar donde se localiza el tumor, y se calentarían por campos externos para conseguir quemar las células cancerosas y/o liberar fármacos mediante calor u otro estímulo externo.

El equipo de la UPV/EHU, en colaboración con un equipo del Helmholtz Zentrum Berlin, liderado por Sergio Valencia, han podido explorar más al detalle las propiedades magnéticas de estas bacterias.

El problema hasta ahora era que la señal magnética de una única partícula es tan débil que era necesario estudiar la respuesta de promedios de cientos o miles de nanopartículas para obtener resultados significativos.

A raíz de la investigación del grupo de la UPV/EHU, esto ha cambiado, ya que la miembro del grupo Lourdes Marcano ha desarrollado un nuevo método por el que se puede "obtener información precisa sobre las propiedades magnéticas de varios nanoimanes individuales de manera simultánea", ha argumentado.

El nuevo método permite medir las propiedades magnéticas de las nanoestructuras magnéticas individuales, incluso cuando están en el interior de entidades biológicas.

En concreto, gracias a las imágenes magnéticas obtenidas en el microscopio de transmisión de rayos X del sincrotrón BESSY II (del Helmholtz Zentrum Berlin), y con la ayuda de simulaciones teóricas, han conseguido información precisa sobre cómo reacciona una nanopartícula magnética a los campos magnéticos externos aplicados en una dirección arbitraria.