“Desde el primer día de clase, supe que quería ser parte de este proyecto. El MUN tiene una característica única, la de ser un museo universitario en España, y hay que aprovechar su enorme potencial para conectar las esferas académicas y las artísticas en un laboratorio de investigación y creación”. Es la primera declaración de Gabriel Pérez - Barreiro (A Coruña, 1970) como nuevo director artístico del Museo Universidad de Navarra en sustitución de Valentín Vallhonrat, que continuará como asesor.
Graduado y doctor en Historia del Arte por las universidades de Aberdeen y Essex, respectivamente, es experto en arte iberoamericano y profesor del Máster de Estudios de Comisariado del Museo Universidad de Navarra. Suma más de 30 años de experiencia profesional en el sector del arte como comisario, gestor cultural, investigador, escritor y conferenciante, en instituciones de Europa, Estados Unidos y Latinoamérica.
¿Cómo llega al puesto, tras un proceso de selección con presentación de propuestas?
–No, ha sido algo más orgánico. Llevo seis años colaborando con el museo a través del Máster enEstudios Curatoriales y siempre he mantenido una buena relación con la dirección del museo. El Museo cumplirá 10 años en 2025 y este era el momento de pensar en los 10 siguientes, así que entramos en un proceso de conversación en el que encontramos mucha sintonía en las ideas y que al final se concretó en la contratación.
¿Qué significa ocupar esta dirección?
–Para mí es un inmenso honor. Lo que más me atrae es que se trata de un museo universitario, que no es algo muy común en España, pero que conozco bien porque he trabajado en varios a lo largo de mi trayectoria. Creo que también por eso me han llamado, porque traigo esa experiencia. Esta es una institución todavía joven y sus vínculos con la investigación y la docencia ofrecen una oportunidad única en el ámbito español para traer prácticas que se hacen en otros lugares y para inventar otras.
Claro, la peculiaridad de este museo es que está en un campus y todas/os las/os estudiantes lo tienen cerca. ¿Van a trabajar más las sinergias con las facultades y directamente con el alumnado?
–Los universitarios son un público de ensueño. Son personas que viven un momento increíble de sus vidas en el que no solo están aprendiendo unas asignaturas, sino también a ser adultos, a vivir en comunidad, a exponerse a personas de todos los lados... Es un momento de apertura muy bonito. En ese sentido, es perfecto poder presentarles el universo del arte, que permite ampliar horizontes y conocimientos. Ojalá que el MUN se convierta en parte de su vida cotidiana, como lo es el gimnasio para algunos o la capilla para otros. Un lugar en el que conectar con algo distinto al día a día.
Como experto en estudios curatoriales, ¿tienen previsto renovar los comisariados? ¿Tal vez con las personas que han cursado el Máster?
–Bueno, al terminar el Máster, el alumnado ya hace un trabajo final que consiste en un proyecto expositivo. De los cuatro que se presentan, se selecciona uno y se realiza en el museo, así que les damos un empujón profesional muy fuerte. A cambio, esas propuestas nos traen una energía muy interesante, la de las ideas nuevas y su puesta en práctica. Eso ya muestra la vocación universitaria de esta institución y, respecto al resto de comisariados, iremos viendo con el tiempo quiénes serán nuestros colaboradores. Sí que tengo claro que quiero trabajar mucho con los investigadores y con los profesores de la universidad. Generan ideas muy interesantes y creo que el museo debería estar en diálogo permanente con ellos.
Como experto en arte latinoamericano, ¿el MUN estrechará aun más los contactos con esos países?
–Pues es posible. Como bien dice, tanto el museo como la propia universidad tienen una presencia iberoamericana muy fuerte. Por ejemplo, además de miembros de países europeos y de otros lados, en nuestro patronato hay muchos representantes de países americanos. Yo lo veo como algo que ya está en su ADN, y para mí también fue un gran atractivo poder contribuir a aumentar esos contactos que el MUN ya tiene.
El Museo Universidad de Navarra posee varias colecciones importantes entre las que destacan la de fotografía y la de Mª Josefa Huarte, ¿tiene previsto que ocupen un lugar diferente en su actividad?
–Es interesante que el cambio en la dirección artística se haga cuando se va a inaugurar (25 de septiembre) una macroexposición por el 10º Aniversario que ocupará todo el museo y en la que se podrán ver las colecciones de una forma global. Será una oportunidad muy buena para ver estas obras, ya que normalmente están en el depósito, y también para pensar el papel futuro de estas colecciones en la programación del MUN. En este punto, debo decir que seguimos contando con la asesoría de Valentín Vallhonrat. Va a seguir vinculado y, obviamente, para mí es un apoyo importante porque nadie las conoce como él.
"Quiero trabajar mucho con los investigadores y con los profesores de la universidad. Generan ideas muy interesantes y creo que el museo debería estar en diálogo permanente con ellos"
Como ha apuntado, el MUN es una institución joven, ¿hay algún aspecto que crea que le falta ahora mismo y que habría que trabajar más?
–Obviamente, siempre se abren muchos frentes, y uno que me interesa especialmente es aumentar o intensificar el diálogo con públicos diferentes. A mucha gente le atrae el arte, pero también le asusta, y creo que es una reacción muy natural, sobre todo en el caso del arte contemporáneo. A mí me apasiona cubrir esa brecha, invitar a las personas y tener conversaciones francas con ellas sobre él, sobre qué significa, para qué sirve... En el museo ya existen muy buenos programas de mediación, pero me gustaría ampliarlos y profundizar en este ámbito.
¿Adónde le gustaría llevar al MUN?
–Me gustaría que se conociera primero en la zona en la que está, en Pamplona y en Navarra, y que todas las personas que viven aquí lo vieran como propio y se sintieran orgullosas de él. El siguiente objetivo sería lograr lo mismo en toda España y, luego, en todas partes. En definitiva, que el MUN se convirtiera en uno de los referentes de los grandes museos universitarios del mundo. Suena pomposo, pero de verdad lo creo.