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"Nos dan siete euros por trabajar en domingo: mis amigos ni me creen"

Hablan quienes están al volante del transporte público de la Comarca de Pamplona. Llevan diez meses en huelga y señalan a los responsables: a la empresa, a la Mancomunidad por haber "abandonado" el servicio y al Gobierno de Navarra, que, dicen, se ha lavado las manos

"Nos dan siete euros por trabajar en domingo: mis amigos ni me creen"Iban Aguinaga

Ángel Errea entró en Cotup el 1 de junio de 1985. A un año de jubilarse, enfermo de cáncer de próstata, alude a una de las reivindicaciones de los trabajadores: disponer de baños durante el recorrido. “Mancomunidad aún no ha puesto un baño de los que prometió. Más vale que la empresa me ha adaptado la línea, porque cada cuarenta minutos tengo que ir o me lo hago encima y no voy a ir a trabajar con pañal, ya se lo dije una vez”. 

“Es que estamos casi en 2026 y no tenemos un puñetero baño”, añade Iñaki Martín, indignado ante los retrasos en las instalación de servicios, una carencia que se ha suplido hasta el momento mediante acuerdos con bares y cafeterías, para que los más de 500 conductores puedan hacer uso de ellos. “Pero qué sucede en Navidad, o a Año Nuevo, que están cerrados, o en San Fermín...”, añade Errea, quien, como Antonia Sánchez, considera este asunto “indignante”. “Que en estos tiempos tengamos que buscar un baño para poder hacer nuestras necesidades es tremendo”, dice.

“Con el autobús cargado, que a veces tienes que coger la recaudación, porque ha habido casos de robos”, continúa Caridad Chueca, quien dirige sus críticas a Mancomunidad. “Un día escuché al presidente decir que nos iban a poner unos baños ‘muy bonitos’. Yo estaba conduciendo y cuando lo oí me llegó al alma. ¿Bonitos? Yo quiero un baño funcional, un sitio donde poder ir y quiero el tiempo para poder hacer lo que tengo que hacer. La nueva sede de Mancomunidad tiene unos baños bien bonitos, que hemos podido verlos. Y tengo entendido que se pasaron tres millones en el presupuesto de obras de la sede. Para eso sí había dinero, ¿no?”.

Sin mantenimiento 'privado': autobuses públicos destrozados

“Para evitarse problemas, Mancomunidad decidió abandonar el servicio, subastarlo”, dice Ángel Errea, que llegó a ser presidente del comité de empresa. Una decisión que, a su juicio, ha propiciado que la lógica del ahorro se imponga en cada una de las decisiones de la empresa. “Como no nos pueden bajar el sueldo otra vez, recortan en mantenimiento”, dice para explicar otra de las quejas de los conductores, las continuas averías de una flota en la que conviven media docena de marcas y en la que se ha “abandonado” el mantenimiento preventivo. 

"Seguimos siendo esenciales, como nos dijo el Gobierno de Navarra durante la pandemia"

Laura Molina . Conductora de villavesa

 “La filosofía de mantenimiento ha cambiado. Antes se daban de baja por fecha de matriculación, pero seguían funcionando bien. Hoy los autobuses están destrozados a los pocos meses de uso”, refrenda Laura Molina, conductora desde hace 26 años en las villavesas, donde también trabajó su padre como mecánico. “Y que quede muy claro que no tenemos nada en contra de nuestros compañeros mecánicos, pero lo cierto es que la empresa también ha despedido a alguno de los más veteranos”. “Hay pocos mecánicos para tanto autobús”, añade Javier Peru.

El comité, al que pertenecen o han pertenecido los protagonistas de este reportaje, ha reclamado en numerosas ocasiones que se nombre un perito para revisar los autobuses, que son propiedad de la ciudadanía a través de la Mancomunidad“Si esta empresa se va –se pregunta Molina–, ¿en qué condiciones quedan los autobuses?”. “Salimos de cocheras –remata Antonia Sánchez– con todos los chivatos encendidos, aquello parece un árbol de Navidad”.

Un recorte de salarios que aún escuece

“Voy a abrir un melón”, anuncia Laura Molina. Y lo abre: “Cuando un servicio público lo gestiona una empresa privada, esa empresa viene a ganar dinero. El pliego de condiciones es muy cerrado, así que el margen de ganancia es el mantenimiento y las condiciones laborales de los trabajadores. Y no hay más”.

En la plantilla, de hecho, todavía escuece el recorte de 2013, propiciado por la reforma laboral de Mariano Rajoy, cuando la empresa presentó una reducción salarial del 12%, que finalmente quedó en un 5,78%. TCC se había hecho cuatro años antes con la concesión tras acudir con una oferta que rebajaba el 12% el precio ofertado por Mancomunidad. “No quieren ni oír hablar de devolver ese dinero. Si cuando hay vacas flacas nos recortan, la lógica dice que en época de bonanza habría que recuperarlo e incluso una prima por la sobrecarga de trabajo”, dice Iñaki Martín. "Nos pagan siete euros por trabajar un domingo, por la jornada completa, ¿eh? Lo he contado y mis amigos ni me creen, se pensaban que era por hora".

"Es indignante que en 2025 no tengamos un baño al que acudir y disponer del tiempo necesario"

Antonia Sánchez . Conductora de villavesa

“Para que nos den el IPC ha habido que estar un montón de meses de huelga”, añade Javier Peru, quien asegura que el gerente miente cuando dice que los conductores cobran más de 40.000 euros al año. “Y cuando dice que los nuevos entran con 36.000 al año –continúa Molina–. La realidad es que está creando precariedad en las nuevas contrataciones, con una disponibilidad absoluta de horario, sin calendario, que les parten la jornada hasta tres veces”. 

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La empresa catalana repitió la jugada de 2009 en la última concesión, a la que se presentó con una rebaja del 14%. "Este conflicto va a ser largo. A mí me queda apenas un año, pero pobres de los que se dicen aquí".

Se trata, coinciden, de implicar a las administraciones, por las que se sienten abandonados, para abordar de una vez una mejora global, que va más allá de los salarios, aumentar los tiempos de descanso, unificar condiciones en la plantilla. Recuperar la calidad de un trabajo que ha perdido buena parte de la calidad que un día tuvo. “Antes –resume Antonio Sánchez–, venías a gusto a trabajar. Hoy es imposible”.