Pamplona

Begoña Alfaro García (Carcastillo, 1982) ostenta desde agosto del pasado año la vicepresidencia tercera del Gobierno navarro y la cartera de Vivienda, Juventud y Políticas Migratorias después de haber encabezado la lista de Contigo Navarra-Zurekin Nafarroa en las elecciones autonómicas de 2023. Abogada de profesión, desarrolló la mayor parte de su vida profesional como especialista en derecho hipotecario y durante más de diez años fue también portavoz y abogada en la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), desde donde defendió a numerosas personas con amenazas de desahucios o que habían sufrido prácticas abusivas por parte de las entidades financieras como, por ejemplo, en los casos de las cláusulas suelo.

¿Le está resultando difícil estar en estos momentos, por decirlo de algún modo, en el otro lado de la barricada?

No, para nada. De hecho, no creo que esté en el otro lado de la barricada. El objetivo final es el mismo, que no es otro que se lleve adelante el derecho constitucional de una vivienda digna y a precio asequible para todas las personas, derecho del que, desgraciadamente, todavía estamos muy lejos. Lo que cambian son las herramientas. Ahora tengo que gestionar un presupuesto público, negociar y llegar a acuerdos con actores públicos y privados porque tengo muy claro que este problema solo se solucionará en el medio y largo plazo con grandes consensos, pero le insisto en que el objetivo final sigue siendo el mismo.

Pero sí que parece claro que estamos muy lejos de ese objetivo final.

En esto hay que ser muy claros con la ciudadanía. Estamos muy lejos de ese objetivo final por varias razones. La primera es que las políticas públicas de vivienda son a largo plazo, no hay soluciones mágicas de hoy para mañana y por otro lado hay que revertir décadas de destrozos en estas políticas, en donde se han ido poniendo parches coyunturales a situaciones que son estructurales. Me explico con un ejemplo gráfico que los navarros y navarras me van a entender. No puede ser que miles y miles de VPO que fueron adquiridas a precios por debajo del mercado gracias a la aportación de toda la ciudadanía navarra a través de sus impuestos, acabasen en el mercado de la especulación.

Eso no podía ser porque se agranda la bola del problema que tenemos encima de la mesa e, increíblemente, hasta el año 2022 no se ha legislado para que esas viviendas tengan una protección pública indefinida. Es decir, hemos ido poniendo parches en vez de crear un ecosistema en donde la vivienda pasa a ser un derecho en vez de un producto de inversión. Sé que será un camino muy largo que trasciende una, dos y tres legislaturas, pero es el único posible para tratar de poner freno a la emergencia social que tenemos en estos momentos y que va a ir a más.

La vivienda como derecho en vez de inversión, como lema queda muy bien pero muy alejado de la realidad, ¿no le parece?

Soy plenamente consciente de una situación en la que nos han metido a todos y todas, y no me excluyo. A nadie nos han educado para que invirtiéramos en la compra de un ecógrafo porque se da por hecho que la salud es un derecho público, pero si para que invirtamos en una vivienda y nos garanticemos el futuro. Es igual de derecho público la vivienda que la salud, pero uno, mal que bien, se garantiza y el otro no.

Por eso insistimos tanto en el cambio de mentalidad a largo plazo y hablamos tanto de las experiencias de lugares como Ámsterdam o Viena, donde el parque público de vivienda representa el 40 y el 60% del total, cuando aquí a duras penas superamos el 1%. Hemos dejado campar a sus anchas al sacrosanto mercado que dicen que se regula solo, pero lo único que ha conseguido es que la ciudadanía española sea, con diferencia, la que mayor esfuerzo económico tenga que hacer de toda Europa en comparación con sus salarios para poder tener un techo.

Viena, Países Bajos, suena muy bien, pero están muy lejos ¿Qué se puede hacer en Navarra en 2024?

Sí, las mencionamos como reflexiones hacía las que tenemos que caminar porque en esta vida, más importantes que los datos, son las tendencias y ese es el camino que hay que escoger. Pero, efectivamente, hay que actuar sobre la realidad navarra de 2024 y tengo que decir que en los últimos años se han puesto herramientas en nuestra comunidad que nos pueden allanar el camino.

¿Podría especificar?

Herramientas como el registro de alquileres para marcar zonas tensionadas, registros de pisos vacíos, ayudas como David y EmanZipa, reservas de suelo para VPO en promociones con porcentajes que se sitúan a la cabeza del Estado, vivienda pública con carácter indefinido desde 2022, ayudas para promotores que construyan vivienda asequible en alquiler que duplican las más altas del resto de comunidades del Estado y un largo etcétera, que nos van a ser muy útiles para llevar a cabo todas las medidas que vamos a tomar.

¿Y cuáles son?

No hay ninguna medida que por si sola vaya a solucionar el problema y menos de la noche a la mañana. Debemos combinar una batería de medidas de carácter estructural que vayan cambiando las cosas y espero que en breve espacio de tiempo podamos constituir una sociedad mixta al 50% entre Gobierno de Navarra y el sector privado para relanzar las promociones de vivienda en alquiler asequible.

Es fundamental que trabajemos con el sector privado navarro que, afortunadamente, dista mucho de ese perfil ‘depredador’ que se puede dar en otros lugares y que es plenamente consciente de la necesidad de dar salida al problema, siempre, como es lógico, desde el lucro legítimo que tiene cualquier empresa que quiera sobrevivir.

Es importante recalcar este concepto de lucro legítimo frente al perfil de los depredadores, de los de la cultura del pelotazo para que me entienda porque con los primeros hay que acordar, consensuar y trabajar y a los segundos solo nos queda ponerles barreras, cuanto más altas sean, mejor. Y, repito, el sector privado navarro en materia de vivienda es, en su inmensísima mayoría, con quién hay que trabajar, consensuar y acordar.

¿Van a declarar zonas tensionadas para el mercado del alquiler?

Sí, sin ninguna duda. Es un compromiso nuestro, es un compromiso del acuerdo programático y es otra medida de esa batería de la que le he hablado antes. La declaración de zonas tensionadas por sí sola no va a solucionar el problema, pero ayuda en el camino.

Y también legislaremos sobre la vivienda colaborativa que es incipiente en Navarra pero es otra medida de futuro, activaremos el servicio de mediación que estaba paralizado, potenciaremos la bolsa de alquiler que es otro recurso con el que contamos, propondremos modificaciones normativas tanto a Ley de Vivienda como a la Ley del Suelo y, en definitiva, activar todos los recursos existentes para hacer frente a la emergencia social en la que se ha convertido los precios de la vivienda, tanto en compra como en alquiler.

¿Tiene alguna solución el problema de falta de vivienda?

Permítame que le haga una puntualización a su pregunta. No hay ningún problema de falta de vivienda. Si usted tiene una buena cuenta corriente, yo le encuentro una vivienda para antes de que acabe la entrevista. Hay un problema de vivienda a precio asequible, vamos a centrar el problema para evitar caer en la locura aquella de principios de este siglo en donde en España se construía más viviendas que Italia, Francia y Alemania juntas. Y dicho esto, claro que lo hay, pero además de largo en el tiempo tiene que ser fruto de amplios consensos entre todo tipo de actores. Los del sector, obviamente, pero también entre las diferentes fuerzas políticas y la sociedad civil organizada, que tiene mucho que decir en materia de vivienda.