- Todos los grupos municipales en el Ayuntamiento de Burlada excepto Navarra Suma sacaron adelante en el último pleno la moción que habían consensuado en la que exigen hacer cumplir el dictamen aprobado por unanimidad en la comisión de Asuntos Ciudadanos y Comunitarios el pasado 16 de febrero en materia de contratación de puestos en euskera. En concreto, dicho órgano encargó al Ayuntamiento de Villava gestionar una convocatoria con el fin de crear mediante pruebas de selección una lista de aspirantes para cubrir de forma temporal de técnicos de euskera.

Los diferentes grupos políticos reprocharon el cambio de criterio de Alcaldía ante una decisión que fue dictaminada por unanimidad en comisión y que fue refrendada por su grupo Navarra Suma. Se trata de un convenio con el Ayuntamiento de Villava que se va renovando cada cuatro años y que tiene más que ver con la necesidad de "agilizar la gestión del personal municipal" a través de la colaboración entre administraciones, aseguró en el pleno Kevin Lucero del PSN. Un tema que, según dijo, "no generó debate en comisión" y cuyo veto atribuye a "las presiones políticas" del presidente de UPN Javier Esparza que mantuvo un encuentro con la alcaldesa el mes pasado.

Iñigo Uharte, de Geroa Bai, acusó a la primera edil de querer "politizar" con el euskera al retirar un convenio que estaba "trabajado y refrendado en comisión, y que quedó pendiente de que el Ayuntamiento de Villava también lo aprobara". Para Lourdes Lozada, de Podemos, Navarra Suma demuestra que está "en contra del euskera y lo utiliza como discurso para atacar a gente que no es de su línea política". Como tampoco este año, añadió, se hará una campaña a favor de la matriculación en euskera en los centros públicos. Txema Noval, de Cambiando Burlada, cree que es una "decisión impuesta claramente". "Es poco inteligente llevarlo a comisión para que se vote por unanimidad y no llevarlo a pleno", reiteró.

También Berta Arizkun, de EH Bildu, acusó al equipo de gobierno de "falta de criterio y oscurantismo" al negarse a llevar a pleno este convenio que "cada cuatro años se ha firmado, sin suscitar ningún problema, siendo respaldado por los diferentes ayuntamientos", relativo a "la sustitución de la técnica de euskera", y que demuestra la falta de "valoración de este puesto de trabajo" y la "euskarafobia de Navarra Suma". En su defensa la regidora Ana Góngora (Navarra Suma) negó tener "euskarafobia" o haber sido "aleccionada", y aseguró que su formación "ha decidido no llevar el tema a pleno porque no es una prioridad, nada más", si bien se comprometió a hacer cumplir la moción. "Estamos demostrando ser conciliadores en este gobierno", agregó.