Síndrome de la titulitis
En mis tiempos jóvenes había poca gente con un título universitario, porque no había universidades públicas y las privadas eran escasas y vetadas para la mayoría del alumnado. Ni siquiera títulos de FP, como el de administrativa. Tenías que estudiar las asignaturas en academias privadas, y luego sacarte el título por libre una vez que estabas trabajando unos cuatro años después. Así, much@s trabajamos y estudiamos a la noche.
En San Sebastián había Magisterio en Zorroaga, Nazareth (donde se podía estudiar delineación y Administración, Arte y Decoración), un centro privado en el barrio de Gros y poco más. La universidad nació mucho más tarde. Estaba la Escuela de Peritos y la de Comercio en Amara Berri y los institutos, o sea, que la oferta era limitada.
En mi trayectoria profesional y personal, he conocido a gente sin estudios, incluso en mi familia (que tenían mucha memoria y eran inteligentes y leen mucho). Sin embargo, el familiar que más estudios tiene es un Peritaje en Electrónica, en los Salesianos de Pasajes, nunca se ha sabido defender en la vida. También le tocó cuidar a dependientes, pero no era nada avispado. Ahora me doy cuenta de que hay mucha gente así y que la cultura general, a pesar de los títulos, es muy escasa.
Tampoco, por mucho título que tengan, no se dan cuenta de muchas situaciones que ocurren a su alrededor: como el bullying, anorexias, corrupción, abusos y situaciones que ocurren a nuestro alrededor. Hay gente que estudia para sacar un título y buscar trabajo (que luego no le gusta) y otras que quieren aprender y les gusta lo que estudian o lo que hacen. Y se nota la diferencia de trato y de comportamiento con las personas que tienen que atender o trabajar.