...a los chóferes de la villavesa que se piran delante de tus narices cuando han visto perfectamente que llegas corriendo con la lengua fuera y siete bolsas en las manos. Feliz 2019 hasta para maromos como ese que han pillado en la avenida de Guipúzcoa circulando con las ruedas pinchadas y que ha dado positivo en cuatro drogas o para ese chaval de 22 años, borracho, que el fin de semana se resistía a que los municipales lo sacaran del agua helada del Arga. Y también feliz año a todos los de la coordinadora del no (del no al actual Gobierno, se entiende) a pesar de la turrada que dan y que nos van a dar los próximos meses. Pereza infinita. De hecho, creo que ese es el sentimiento que se nos apodera a muchos estos días al pasar las hojas del calendario. Nos esperan cinco meses de órdago. El Parlamento, sin ir más lejos, tratará de aprobar siete leyes en el primer trimestre. Vamos a ver cómo atacan con toda su artillería a pesar de que ni ha habido ni caos, ni fin del mundo ni nada parecido en estos tres años y medio largos. Y vamos a ver por dónde tiran para sumar escaños aunque sea intentando mezclar agua con aceite, esto es fueros con Ciudadanos o incluso Vox. Sinceramente, a este año nuevo yo más que pedirle que traiga algo le pediría que no se llevara cosas como el cambio o las ganas de la gente de llenar las calles reivindicando lo que es justo y de sentido común, como se hizo frente a la sentencia de La Manada, el 8 de marzo o en las manifestaciones por los jóvenes de Altsasu. Le pediría que no se lleve toda esa energía ni la ilusión por la nueva Navarra y que en mayo salga toda la gente a la calle para llenar las urnas, aunque sea para elegir a la opción menos mala. Ánimo!