La Asociación de Apartamentos Turísticos de Navarra denuncia “actos vandálicos” en el Casco Viejo de Pamplona contra las placas identificativas de los alojamientos que los propietarios están obligados a colocar en la entrada de los edificios.

La entidad critica que las acciones han aumentado de intensidad y, por ejemplo, el sábado de carnaval se arrancaron placas a golpetazos y con la cara tapada en Estafeta y Mercaderes mientras una decena de personas les jaleaba.

En las siguientes semanas también sufrieron lanzamientos de huevos contra los balcones. “Nos asusta porque detrás de las placas hay personas de carne y hueso que somos vecinos del barrio. Además, se pone en peligro la seguridad de los huéspedes, que contratan un servicio legal y no deberían verse expuestos a estas situaciones”, defiende José Mari de Pablo, presidente de la Asociación de Apartamentos Turísticos de Navarra.

Para rebajar la tensión, la entidad quiere reunirse con AZ Sare Komunitarioa, que exige que el Casco Viejo se declare zona saturada de apartamentos turísticos y que informa a las comunidades de vecinos que pueden prohibir la apertura de nuevos alojamientos a través de los estatutos.

“Queremos conciliar con ellos y que nos conozcan, que vean que somos pequeños autónomos y no fondos de inversión. En el barrio caben tanto las reivindicaciones vecinales como el derecho de los propietarios a desarrollar nuestro trabajo”, reflexiona José Mari. 

La asociación achaca los incidentes a la proliferación de pisos turísticos clandestinos en el Casco Viejo, que están empeorando la imagen del sector y la convivencia de los propietarios con residentes que se oponen a este tipo de negocios.

“Son los que están dando guerra. Ningún apartamento legal genera problemas a los vecinos porque tenemos un compromiso genuino con su calidad de vida”, señala Conchita, tesorera de la asociación. “Nos perjudica a los que hacemos las cosas bien porque la gente se cree que todos los pisos son malos, un horror y con fiestas continuas”, comenta José Mari.

Guadalupe, socia de la entidad, subraya que, por lo general, los clientes son familias con hijos, parejas, trabajadores que acuden a congresos que se celebran en la ciudad e incluso propios vecinos del Casco Viejo “que tienen obras o han sufrido una fuga de agua”. 

La asociación de apartamentos turísticos recuerda que en el check in comunican a los huéspedes que existen unas normas y reglas que deben cumplir –horarios de silencio, restricciones sobre fiestas o legislación sobre ruido– e identifican a todas las personas que pernoctan en el piso.

“Estamos obligados por ley. Los datos de los clientes van a un registro on line de la policía y les transmites seriedad”, afirma Conchita.

Para hacer frente a la “lacra” de los apartamentos ilegales, la asociación exige al Gobierno de Navarra que incremente las inspecciones y sanciones, pero desde Turismo “alegan falta de personal y que es un tema escurridizo”, asegura José Mari.

La entidad, para ayudar al Ejecutivo foral, ha entregado en varias ocasiones un listado de pisos que se promocionan en plataformas on line y que, según ellos, no están inscritos en el Registro de Turismo de Navarra. “Florecen dos meses antes de San Fermín. Es como la marea. Suben y bajan”, compara.

La semana pasada, el Gobierno de Navarra renovó la campaña contra los alojamientos turísticos clandestinos que incluye sanciones de 9.000 euros para los propietarios que no estén dados de alta en el Registro de Turismo. 

Con la regulación

La asociación considera “lógico” que el 55,3% de los pisos que hay en Pamplona, 172 de 311, se ubiquen en el Casco Viejo.

“Cuando nos vamos de vacaciones, queremos estar debajo de la Torre Eiffel. A los turistas les apetece estar cerca de Estafeta, la Plaza del Castillo o el Ayuntamiento. Lo lógico es que los apartamentos se abran donde está el atractivo de las ciudades”, indica José Mari.

En la misma línea, la asociación cree que con los 172 apartamentos legales que hay registrados en el Casco Viejo “no se puede hablar” de zona saturada, pero sí se posiciona a favor de una “regulación adecuada” que “garantice la convivencia con los residentes locales” y pueda incluir medidas “como límites en el número de apartamentos turísticos por área”. 

Además, consideran “equilibradas” las actuales condiciones para la concesión de nuevas licencias aperturas, que el Ayuntamiento endureció en 2019: solo en la primera planta, máximo 25% del bloque y la suma de estos negocios no puede superar los 200m2 en el edificio. “Es un punto intermedio donde unos se ganan la vida de forma honesta y los vecinos disfrutan de su barrio como se merecen”, finaliza. 

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El papel de la asociación

La Asociación de Apartamentos Turísticos de Navarra defiende el papel que juega en la economía y sociedad navarra. Según la entidad, mejoran la habitabilidad y rehabilitan viviendas vacías en el Casco Viejo, contribuyen a la fiscalidad local, generan empleo y fomentan el consumo local. “El auge del turismo en los últimos 10 años ha beneficiado mucho a la economía de Pamplona y a conservar esta ciudad tan bonita que tenemos”, señala el presidente de la asociación, José Mari de Pablo.