El Ayuntamiento de Pamplona ha escenificado este viernes por la mañana el comienzo de las conversaciones para consensuar un proyecto presupuestario para el año que viene. El área de Hacienda y Contratación Pública Responsable del Ayuntamiento de Pamplona ha presentado el primer borrador de Presupuestos para 2026, que sitúa los gastos e ingresos del Consistorio en torno a los 292 millones de euros. Esta cifra supone un aumento respecto a los Presupuestos aprobados inicialmente para el presente año (287,6 millones) del 1,52%, volviendo a situar el proyecto presupuestario para el año que viene como el mayor de la historia de Pamplona.
La puesta en escena ha incluido una fotografía de grupo de los representantes de EH Bildu, PSN, Geroa Bai, Contigo-Zurekin sentados en una mesa del edificio consistorial y ha terminado con una improvisada comparecencia de los cuatro portavoces para valorar ese inicio negociador. A la reunión de hoy ha asistido el alcalde, Joseba Asiron, junto a los dos primeros tenientes de alcalde, Garbiñe Bueno y Joxe Abaurrea (los tres por EH Bildu); el concejal de Promoción Económica y Proyección Europea, Innovación, Juventud y Cooperación al Desarrollo, Mikel Armendáriz, y el concejal Javier Leoz (ambos de Geroa Bai), así como el titular de Acción Social, Txema Mauleón (Contigo-Zurekin).
Por parte del grupo Socialistas del Ayuntamiento de Pamplona han acudido su portavoz, Marina Curiel, y el concejal Xabier Sagardoy .
En realidad, los contactos llevan tiempo produciéndose, incluyendo al grupo municipal socialista, que aunque no forma parte del equipo de Gobierno, está al tanto de todas las cuentas y proyectos municipales para 2026.
Como reconoció la portavoz socialista Marina Curiel en la entrevista concedida a este periódico el fin de semana, el grado cumplimiento de los acuerdos es satisfactorio –entre el 80 y 90%, según dijo– y la comisión de seguimiento creada al efecto funciona como debe.
En este contexto, con una mayoría progresista sólida y una estrategia clara, se da por seguro que el Presupuesto del año que viene contará con los votos suficientes para ser aprobado, entre otras cosas porque algunos de los proyectos más importantes de la legislatura, como las reformas del paseo de Sarasate o del monumento a los Caídos, deben contar con partidas presupuestarias en el próximo ejercicio.
El listón está alto teniendo en cuenta que el año pasado se aprobó el presupuesto más elevado en la historia de Pamplona, con un importe final de 314 millones de euros, lo que ha resultado fundamental para salir del atasco y poner en marcha proyectos pendientes y necesarios para la ciudad.
Sin perder de vista que a la legislatura le quedan 18 meses, los portavoces se han mostrado confiados en alcanzar un acuerdo lo antes posible, con el objetivo de tenerlo aprobado en diciembre.
El cumplimiento de los acuerdos de gobierno, el refuerzo del gasto social, las mejoras en la ciudad consolidada, el esfuerzo continuado en el Plan de Vivienda Asequible o la puesta en marcha de proyectos de ciudad como el Paseo de Sarasate son algunas de las claves que definen este primer borrador de Presupuestos. En cifras y con perspectiva de legislatura, los 292 millones de presupuesto que se prevén para 2026 suponen un 9,4% de aumento de gasto e inversión en la ciudad desde la aprobación de los presupuestos de 2024 (266,9 millones) tras un paréntesis de 8 años en los que sólo se aprobaron las cuentas de 2021.
La previsión de calendario contempla que sea a finales de este mes cuando el proyecto presupuestario, en caso de que cuente con los respaldos suficientes, vaya a la Junta de Gobierno Local para su aprobación inicial. De ahí pasará a su debate en las comisiones especiales que podrían celebrarse en la primera semana de noviembre.
El objetivo que se fija el área de Hacienda y Contratación Pública Responsable es que la aprobación de los Presupuestos para 2026 pueda darse en un Pleno específico que se celebraría en torno al 20 ó 21 de noviembre para que, una vez cumplidos los trámites de exposición pública y aprobación definitiva (también por parte del Pleno), pudieran entrar en vigor el 1 de enero del ejercicio que viene. De cumplirse, esto posibilitaría que el Ayuntamiento, a nivel contable, no se retrasara en ningún pago.