Los especialistas de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) afirman lo siguiente: "El kebab como opción de comida rápida se ha consolidado y abundan los establecimientos que lo sirven a precios atractivos".
El kebab, una opción de comida rápida que se ha consolidado
"Pese a ser un plato muy popular entre los musulmanes, en 2009 se encontró carne de cerdo en numerosos kebabs de Reino Unido. El mismo escándalo se repitió en Suiza en 2013", relatan desde la OCU. En esa misma línea, los especialistas de este organismo afirman haber llevado a cabo un análisis en el que han estudiado una muestra de 25 kebabs de ternera de 25 establecimientos diferentes de Madrid. La conclusión no es, para nada, el esperado por muchos consumidores.
"Los resultados son malos: carne de pobre calidad, una bomba nutricional y "sorpresas" en la práctica totalidad de las muestras. Solo en un kebab detectamos únicamente carne de ternera". Una conclusión que sostienen exponiendo una serie de datos. "Nosotros no hemos encontrado cerdo pero sí mucho pollo y algo de caballo y de pavo. Pollo: 20 de los supuestos kebabs de ternera tenía pollo. En 6 muestras la mayoría de la carne (más del 60%) era pollo. En otras 11 oscilaba entre el 40% y el 60%. Tres de las muestras llevaban una pequeña cantidad (menos del 1%, quizás por contaminación cruzada: los kebabs de una u otra carne se preparan sobre la misma superficie y a menudo con los mismos cuchillos). Caballo y pavo: el caballo estaba presente en 7 muestras y el pavo en 13, aunque en pequeñas cantidades (menos del 1%, el límite legal fijado por la Unión Europea). ¿Ternera 100%?: solo 1 de las 25 muestras cumplía lo que prometía y era un verdadero kebab de ternera", relatan desde la OCU.
Lo que dice un médico sobre el kebab: "Una obra maestra de..."
Con más de 187.000 reproducciones y más de 2.000 me gustas, la publicación del doctor Manuel Viso, con nombre de usuario @manuelvisothedoc y que cuenta con más de 41.000 seguidores en TikTok, no ha dejado a nadie indiferente. En ella, el experto en salud y divulgador habla del kebab.
"¿Qué lleva un kebab? ¿Carne? Bueno, algo parecido a carne. ¿Grasas malas? Muchas. ¿Sal? Para parar un tren. ¿Salsas insanas? Podrían conservar hasta un mamut. Dicen que es cordero, pollo, ternera, peor algunos estudios han visto que presentan mezclas de carnes de distintas especies, incluso no declaradas. Y no falta un buen toque de aditivos. Nitritos con su potencial cancerígeno, glutamato, que incrementa el sabor y que te cueste parar de comer, también fosfatos y féculas para que retengan agua y esté jugosito. Si no cómo va a aguantar esa carne jugosa ahí colgada horas y horas. Sí sí, jugoso como una esponja industrial. Cóctel de aditivos para que parezca comestible. Una bomba calórica. Un kebab puede contener unas 2.000 kcal, algo como lo que tú necesitas de calorías para todo tu día. Nutricionalmente hablando, una mier... Es una obra maestra de la basura moderna, una mier... ¿Está rico? Sí, al menos para algunos. ¿Que te destruye por dentro? También. Eso sin hablar de la dudosa conservación de la carne, o a ver esa columna de carne horas y horas. ¿Te imaginas lo que puede haber? Algunos estudios encontraron bacterias fecales. En otros, al menos, una higiene deficiente. Pero, oye, si te mola el riesgo, que te aproveche. Ahora bien, ¿quieres un kebab de verdad? Hazlo en casa, sin misterios, ni sorpresas y sin miedo al análisis de laboratorio. Coge carnes magras de confianza, ternera, pollo, pavo, sin procesar, según sale de la carnicería, tu carnicería de confianza. Alguna modalidad de pan integral, del de verdad, 100% harina integral, verduras frescas, variadas y crujientes, de la huerta, y una salsa casera, por ejemplo yogur natural, limón, ajo y alguna especie, controlando, sobre todo, la sal. No te olvides en la salsa de un buen aceite de oliva. Este sí está rico, de un saludable que no veas", explica de manera detallada el doctor Manuel Viso.