La ranchera y el mariachi tomarán el corazón de Pamplona en la última noche de los Sanfermines a través de las poderosas voces del trío navarro Los Tenampas, formado por los hermanos de Burlada Mikel y David Artuch Unzué, y su padre Patxi Artuch Sanz, de Vidángoz.

¿Cómo acogen esta cita?

–Con unas ganas terribles, es nuestra primera vez en Sanfermines. Creo que nos lo merecíamos, porque estamos siempre ahí, trabajando mucho, somos muy de aquí, hemos hecho la canción de San Fermín, la canción de Osasuna, y desde hace tres o cuatro años andábamos detrás de un concierto en Sanfermines. Por fin ha llegado nuestra oportunidad y esperamos aprovecharla y sobre todo, disfrutarla. Hacer un concierto especial y que se lo pase bien la gente. El día 14 nunca había habido un concierto, este año es la primera vez y lo hacemos nosotros, pues también estamos marcando una historia. Y además, tengo que decir que cerramos los Sanfermines pero también los hemos abierto, porque mi padre es el que ha cantado este año la Jota a San Fermín el día 7, y eso a Tenampas también nos hace mucha ilusión.

¿Qué se puede adelantar del directo de la noche del día 14?

–Bueno, ya solamente por el lugar, un escenario como Plaza del Castillo y sobre todo en Sanfermines, para despedir las mejores fiestas del mundo..., solo por eso ya va a ser un concierto especial. Vamos a meter un repertorio apto para toda la gente que nos venga a ver, que será de edades diversas, porque además de la gente mayor que está ligada a la ranchera también hay gente joven que la disfruta, así que va a ser un repertorio con un abanico grande y con una pegada buena.

Se va renovando el público, entonces.

–Sí, totalmente. Yo diría que la ranchera está más viva que nunca. Llevamos tres o cuatro años con un auge increíble, y a las pruebas me remito, hay un montón de gente que canta mexicanas; mariachis como tal no, pero mexicanas... está de moda. Me atrevería a decir que la ranchera se ha vuelto algo de la tierra, como la jota navarra.

"Me atrevería a decir que la ranchera se ha vuelto algo de la tierra, como la jota navarra"

Ambas comparten esa fuerza, esa bravura.

–Sí, es indiscutible que la ranchera siempre ha estado ligada a la jota y la jota a la ranchera.

Y Navarra es una cuna grande de rancheras, hay muchos grupos que cultivan este estilo.

–Sí, es algo que se palpa, la cuna del mariachi o de la música ranchera, aquí en la península es Navarra, eso es indiscutible. No hay otra provincia donde haya tantos grupos. Hace poco hicimos un recuento y salían unos dieciocho... Muy bien porque hay trabajo para todos, y cada uno tiene su público y su estilo. Eso es bueno para todos, que salgan grupos, porque no te deja acomodarte en tu idea, sino que te hace ir renovándote, como se está haciendo, y con ello dar un nivel a la gente que nos viene a ver.

¿Cómo han arraigado de esta manera la ranchera y el mariachi en Navarra?

–El origen está en la emigración que hubo, la gente que se fue trajo luego esa música, y también llegó a través de la radio, la televisión y el cine mexicano, que aquí arraigó mucho, pegó muy fuerte, y eso se quedó. Es una música de compartir, que se transmite de padres a hijos, de abuelos a nietos, y eso hace mucho. El hecho de ir a una plaza y poder cantar o bailar con tu madre o con tu abuela, pues es una cosa que no te la da otra música. Y también ha calado este género en Navarra por la jota, esa bravura que se tiene a la hora de cantar una jota bien echada, también la tienen ciertas canciones en la ranchera y en el mariachi.

¿A su familia cómo llega esta tradición?

–Por nuestro padre. Siempre le ha gustado mucho la jota, siempre le ha gustado mucho la ranchera, y siempre ha tenido un don: una voz muy poderosa y privilegiada. Siempre hemos sido una familia muy cantarina, y mi padre nos llevaba en el coche escuchando jotas o rancheras. Así nos fue calando. Y desde hace quince años estamos compartiendo escenarios con él, que es uno de los regalos más gratos de la vida, tanto para él como para nosotros. Le dicen a él: ¡qué bien cantar con los hijos! Pues para nosotros también, ¡qué bien cantar con nuestro padre! Y así seguiremos, hasta que él quiera y se sienta cómodo.

Volviendo al directo de esta noche, ¿de cuántos músicos se acompañarán en el escenario de la Plaza del Castillo?

–Vamos con todo nuestro Mariachi, que son nueve compañeros, y tendremos alguna colaboración extra, en concreto una muy muy especial tanto para nosotros como para la gente que venga a vernos; una persona con la que nunca hemos hecho nada y nos va a acompañar... va a quedar un evento muy bonito.

Sonarán grandes temas conocidos por todos, imagino.

–Sí, temas que no pueden faltar cuando te vistes de charro y te subes a un escenario, y y luego otros tantos temas, porque que en el género de la ranchera hay un abanico muy amplio, y yo creo que es un error estar cantando siempre lo mismo. Hay canciones que no se escuchan tanto y que son preciosas, pero también es verdad que el público viene a escuchar y a cantar El Rey, Volver, y a bailar Caballo prieto azabache. Esos momentos no pueden faltar.

¿Y qué otros temas se podrán escuchar?

–Pues nos vamos a ir un poco por el tema del pop, sin salirnos del sonido de nuestro Mariachi; es decir, con los sonidos de violines, trompetas y guitarrón característicos, pues vamos a hacer canciones pero un poco más poperas. Y temas en euskera, que tampoco pueden faltar. Animo a toda la gente a que se acerque a pasar un rato bueno con nosotros, porque nos vamos a dejar el garganchón en el escenario, nos vamos a dejar todo el alma, porque tenemos muchísimas ganas. Es un concierto para nosotros súper especial, y se va a formar un ambiente muy bonito. Quien venga se lo va a pasar en grande.