Para comenzar el año por todo lo alto, hay que cerrar el anterior en condiciones. A poder ser con brillos, lujos y mucha fiesta. En Pamplona, además de la tradicional salida nocturna por los bares y discotecas tras las uvas –en los que la gente se transforma en todo tipo de personajes histriónicos y variopintos, o apuestan por los disfraces tradicionales, como brujas, payasos o médicos–, hay un sector de la población que apuesta por un menú de escándalo y una fiesta para recordar durante los 365 días restantes. Más de 30 establecimientos de Iruña ofrecen estos famosos cotillones no pasan de moda y la mayoría de los hoteles de la capital navarra completan el aforo destinado a esta celebración. “Es un plan que tiene mucho éxito, así que los establecimientos están promocionando paquetes exclusivos con cenas de gala, cotillones o música en vivo, entre otras cosas”, declara Andrea Chocarro, gerente de la Asociación de Hoteles de Pamplona.

En ese sentido, Chocarro advierte como positivo el auge de este tipo de festejos, ya que, en época navideña, “no hay muchos ingresos. Pamplona no es una ciudad turística durante estas fechas y casi no viene gente, por lo que con este tipo de eventos nos recuperamos de un tiempo en el que hemos estado en standby”.

En ese sentido, Chocarro también se ha percatado de que, aunque cada vez hay más fiebre por los cotillones, hay mucha clientela fija y fiel que no falla y repite cada año. “De hecho, hay algunos que reservan de año en año, como se hace durante los Sanfermines. Eso nos demuestra que es un tipo de celebración que gusta, que funciona y que merece la pena repetir”, reflexiona.

Hotel Tres Reyes al completo

Ya hace varios días que se ocuparon las 200 plazas para la gala de Nochevieja en el Hotel Tres Reyes. Además de un menú “muy especial para una ocasión todavía más especial”, apunta el gerente del hotel, en el que se incluye blimi con caviar, salmón graulax a la escandinava o costilla de ternera navarra, entre otros platos, también se ofrece una programación post-cena, con uvas, bailes y barra libre hasta las 4.00 horas. Todo esto por un precio de 189 euros o 169 en el caso de aquellas personas que opten por la opción sin alcohol.

“Calidad” en Pamplona Catedral

Por su parte, Iñigo Ojinaga, gerente del Hotel Pamplona Catedral, ha apostado por el típico dicho de que menos es más. “Estamos completos con 80 reservas. Hemos preferido que haya menos aforo a cambio de ofrecer un servicio de la mejor calidad posible”, señala. El 50% de este aforo son clientes del hotel que proceden de países extranjeros –como Francia– o ciudades próximas –Bilbao, Zaragoza o Barcelona–, y muchos de ellos irán disfrazados. “Tenemos mucha suerte porque nuestra localización es muy céntrica. Cerramos a las 2.00, así que la gente se puede acercar después a los bares del Casco Viejo. Y los que no, se quedan en el mismo hotel descansando”, comenta. En lo que respecta al precio del menú, son 140€ por cinco entrantes, dos primeros, un pescado o una carne, postre y las uvas que se tomarán mientras se proyectan las campanadas en una pantalla.

Asador Maitagarri, casi lleno

Aunque no sea un hotel, este establecimiento lleva tres años organizando cotillones. Este asador ofrece un menú por 125 €, también disponible en versión vegetariana por el mismo precio e infantil por 50€. La propuesta general incluye zamburiñas en salsa de manzana, cigalas a la sidra y pulpo a la parrilla, gorrín asado a la baja temperatura con reducción de su jugo y merluza rellena de setas y gambas sobre crema de setas al brandy, entre otros. Por otro lado, la versión vegetariana apuesta por ensalada de queso de cabra con frutos secos y mermelada de tomate, tian de verduras con huevos escalfados o tomates rellenos de arroz, pasas y piñones.

Canalla y Rockollection, a reventar

Carlos Tabar dirige el Grupo Kabiya, una empresa que controla los bares pamploneses de Kabiya, Rockollection y la Sala Canalla. Casi todas las entradas están vendidas, aunque aún quedan unas pocas para los más rezagados que esperan a última hora. 

“Para Rockollection, hemos organizado un cotillón a 35 euros la entrada con dos copas y con aperitivo posterior a la fiesta”, asegura Tabar. El bar situado en la calle Olite agotó las entradas para la fiesta hace ya tres semanas. En el caso de la Sala Canalla, la oferta es amplia. La fiesta empezará pronto, a las 01.00 horas de la madrugada, y no cerrará sus puertas hasta las 08.30 horas. Las entradas varían según la cantidad de copas que se adquieren al comprarla. Desde los 20 euros (entrada simple) hasta la de 40 euros (entrada con dos copas), sin contar las entradas a las salas de reservados. La opción de las salas VIP está a punto de esfumarse, ya que de las 25 que tienen, solo están tres sin reservar. La indumentaria para la fiesta puede ser cualquiera, dentro de los estándares de formalidad. 

Para el bar Kabiya el plan es diferente. Se expondrá como bar y no tendrá entrada ni ningún tipo de indumentaria requerida. “Desde la asociación, hemos notado que muchos restaurantes y hoteles se han sumado a la iniciativa de organizar cenas con baile posterior el día de nochevieja”, señala el presidente de la asociación. “Sin embargo, hay ciertos restaurantes que no ofrecen comida pero luego si dan bailes, como si fueran un bar, y en realidad no lo son”, añade.  

Cena y fiesta en el Hotel Casa Azcona de Zizur

El Hotel Casa Azcona situado en la Carretera de Badostáin, en Zizur Mayor, también ha preparado una noche inolvidable para sus invitados. Han organizado cena con música posterior. Tras el cóctel de bienvenida, el restaurante ofrece manjares como pato, zamburiñas, pulpo y perdiz - entre otros - como entrantes; cordero como plato principal, y postres navideños y uvas para recibir las campanadas, a un precio de 120€ por persona. Tras el festín culinario, abrirán la zona del bar para dar pie a las copas y a la fiesta. “La fiesta posterior no tendrá hora límite, pero hacia las 3.00 - 4.00 horas esperamos volver a casa para descansar”, ríe Silvia Sirera, trabajadora del hotel restaurante. 

El año pasado colgaron el cartel de completo, con 60 comensales que llenaron el comedor del restaurante, pero este año tienen un 60% de ocupación para la cena de Nochevieja. Sin embargo, el hotel está casi al completo, con sólo 8 habitaciones disponibles. “Muchas personas que viven fuera de Navarra y que vienen a pasar la Nochevieja con sus seres queridos, luego buscan un hotel para pasar la noche. Casi todos son nacionales”, asegura Sirera.