Rumano, joven, con formación universitaria, escritor de poesía y autor de una novela casi autobiográfica. No se ajusta al perfil que muchos tienen, o tenemos, de las personas con esa nacionalidad, pero Miguel Gane es consciente de esta realidad y dice que él ha sido durante mucho tiempo "el rumano" en boca de los demás, con todos los matices peyorativos que se le quieran poner al término. Vive de la literatura, porque los libros y los recitales de poesía son su fuente económica tras decidir dejar el despacho de abogados donde había empezado a trabajar después de concluir un doble grado de ADE y Derecho y cursar dos másteres.

Llegó usted muy joven a Madrid, pero aun así, habla un impecable castellano sin ningún tipo de acento.

Tengo mucha musicalidad de oído, y cuando voy a un sitio se me quedan los acentos. He estado en Zaragoza y cuando me fui casi tenía el mismo tono de los maños.

¿Por qué se trasladaron sus padres a Madrid?

Se sabe muy poco de la emigración del Este de Europa, que es lo que cuento en el libro, en la primera parte. Uno se va de su país huyendo de la pobreza, del frío, del hambre, de jugar entre basuras. Llegas a los lugares que eliges buscando una vida con todo el derecho que el ser humano tiene. En este caso no elegí yo, fueron mis padres los que querían salir de la miseria y que tuviéramos un futuro mejor.

¿Ha sido fácil para su familia encontrar esa vida que venían buscando?

Hay muchos sufrimientos por el camino. A nosotros nos ha costado bastante, 17 años. Mis padres dieron por concluida esa búsqueda el primer día que yo pisé la universidad, y el último, cuando terminé la carrera. Para ellos fue importante que acabara los estudios y que estuviera totalmente integrado.

Supongo que tener un hijo escritor y que pueda vivir de ello?

Les tranquiliza bastante, sí, pero cuesta mucho trabajo todo cuando tienes que adaptarte a otro país, cuando hay que buscar cómo ganarse la vida. Ser emigrante es perder. Pierdes una infancia, dejas atrás una vida y empiezas a construir otra. Incluso se pierde el nombre, como en mi caso.

¿No se llama usted Miguel Gane?

No. Mi nombre es George Mihaita Gane. Desde todas las pérdidas que sufres empiezas a construir. Se destruye una montaña y tienes que ir poniendo piedra por piedra hasta que construyes otra. Yo nací en un pueblo que se llama Ledesti. Está en los Cárpatos, a pie de montaña.

¿Ha vuelto al lugar en el que nació?

Estuve más de cinco años sin poder ir; éramos emigrantes ilegales e ir allí significaba no volver a entrar. Cuando ya pude entrar y salir de España con normalidad, he intentado ir todos los años, y cada vez que voy me reconcilio con mi tierra y con mi salida de ella.

Ser rumano no siempre está bien visto, y hay una serie de prejuicios hacia la gente de su país, sobre todo cuando se habla de la etnia gitana.

Sí y es curioso. Ahora no tanto, pero durante muchos años decir rumano era un término peyorativo, casi te lo tomabas como un insulto. Si eres el rumano a la gente se le vienen a la cabeza muchos adjetivos, y la mayoría no son buenos. Por eso he escrito este libro, porque quería luchar contra esas ideas que tienen algunas personas de los rumanos.

¿En Rumanía existe el mismo problema?

Es diferente. La zona de donde soy yo, la de Ledesti, está dividida en pueblos pequeños, uno de ellos es de gitanos y convivimos muy bien con ellos. De hecho, en mi propia casa trabajan algunos, le llevan leña a mi abuela que ya está mayor, y le ayudan mucho. Se convive bien con ellos. Aquí intentan buscar oportunidades, pero el problema está en la educación en mi país, porque a los gitanos se les excluye mucho en todos los ámbitos.

Se les señala en ocasiones como una etnia maldita.

Y eso es totalmente injusto. Hay personas que están trabajando por la integración, que mantienen su orgullo de raza, pero que no tienen nada de malditos. Generalizar no es bueno. Dentro del colectivo hay gente buena y gente mala. Me quedo con los primeros, que para mí son mayoría. Tristemente, hay gente que se ve forzada a mendigar o a buscarse la vida de cualquier manera.

¿Ha sentido esa carga de racismo cuando se han dirigido a usted como el rumano?

Sí, bastantes veces, sobre todo en los primeros años. Cuando al hablar te equivocabas, se burlaban. El hecho de ser siempre el rumano te perjudicaba. Cuando quería conocer a una chica y hablar con ella, salía que era rumano y fin de la historia. Al final, el problema no lo tienes tú, lo tiene la otra persona, la que te juzga solamente por el lugar en el que has nacido.

¿Ha superado esa situación con las chicas?

Ja, ja, ja? Sabía que por ser rumano iba a tener menos posibilidades con cualquier chica que me gustara, pero eso ocurrió cuando tenía 14, 15 o 16 años, cuando estás en la edad del pavo y duele que te marginen.

¿Qué estudió en la universidad?

Soy doble graduado en ADE y Derecho. Estudié también un máster en abogacía y otro en propiedad intelectual.

¿Y trabaja?

Ahora mismo, de escritor. Puedo permitirme el lujo de vivir del cuento, porque es así como yo llamo a vivir de la literatura. Antes, estuve trabajando nueve meses en un despacho.

Y decidió que prefería vivir del cuento, ¿no?

Ja, ja, ja? No me disgustaba, pero los caminos se cruzan y la vida a veces te da otras oportunidades.

¿Soñaba con ser escritor?

Siempre me han movido las causas sociales. Entendía que la abogacía era un camino que quería tomar para cambiar algunas cosas, para ayudar a que el mundo fuera distinto. Suena muy idílico, pero era algo que estaba dentro de mí. Nunca tuve en cuenta a la literatura como un medio para ese fin, pero cuando me puse a escribir y los libros tuvieron buena acogida, me di cuenta de que tenía que tomar una decisión y de que la escritura podía ser otro altavoz para conseguir el mismo fin, pero por un medio diferente.

¿Novela o poesía?

No lo sé. Es cómo preguntar con quién te quedas o a quién quieres más, a tu padre o a tu madre. No sé elegir. La poesía me ha dado el altavoz y la novela me produce sentimientos y sensaciones distintas. De momento, he escrito más poesía que prosa.

Dicen que la poesía es un estado de ánimo que se da en la juventud para derivar más tarde en la novela.

Sí. Ahí tenemos el caso de Manolo Vilas, que fue finalista del premio Planeta en esta edición.

¿Qué le cuesta más escribir?

Una periodista me dijo hace poco que para ella la novela es como una maratón y la poesía como un sprint. Las dos agotan por igual, pero los sentimientos son diferentes. No sé qué es más difícil, pero sí que la novela requiere de constancia, de muchas horas, muchas más horas que los poemas. También requiere un esfuerzo y un ejercicio de imaginación más extremos.

¿Mayor disciplina con la novela?

En mi caso, sí. Me obligaba a mí mismo a sentarme y a no distraerme. El 40% es escritura y el resto es corrección.

¿No le han dicho sus padres que parece más serio ser abogado que poeta?

Ja, ja, ja? Esta conversación la tuve con ellos. Siempre me han apoyado y están muy agradecidos a la gente cuando vienen a una presentación y ven a 200 o 300 personas. Les emociona que a través de la literatura esté peleando por hacerme un nombre, un hueco, por asentarme y pretender vivir de ello. Están tranquilos. Yo aprendí de ellos, de mis padres, a ser valiente en esta vida y a tomar decisiones en función de lo que sentía. Mis padres apostaron todo por abandonar Rumanía, vinieron a España y lucharon por salir adelante.

¿Cuánto hay de usted en este libro?

Sobre un 70%. Es una novela autobiográfica, y el resto de ese porcentaje son historias reales de gente cercana. Hay licencias literarias, pero se puede calificar de novela real.

Se puede considerar que la poesía actual está en manos de los jóvenes, como consumidores y como creadores.

Sí, y las redes sociales han jugado un papel muy importante. En mi caso y en el de muchos compañeros son ventanas hacia las librerías. Creo que ahora se escribe mucha más poesía que la que se ha escrito en toda la historia. Se vende también mucha más y la poesía se ha puesto de moda.

Durante años se ha considerado a la poesía como un género entre aburrido y ñoño.

Es que hasta hace unos pocos años estaba como en una especie de cúspide a la que muy pocos podían llegar. Me parece fantástico que la gente presuma de comprar o de escribir poesía. Me siento muy bien cuando veo a tantos chicos y chicas en los recitales y en las firmas.

¿Es usted conocido en Rumanía?

No tanto como aquí. Este año hice una entrevista para Euronews y medios de mi país la recogieron y me llamaron. Estoy haciendo un poco de ruido desde hace unos meses, pero me conocen más en otros sitios.

¿Qué le parece su país?

Es fantástico, un lugar con unos paisajes impresionantes. La gente es muy acogedora y tiene un montón de historia y de historias que contar.

¿Alguna recomendación?

Si vas de viaje allí, te recomendaría que te salieras de Bucarest, así podrás conocer la Rumanía natural, la más bonita. Yo recomendaría ir a los pueblitos y convivir con la gente. Ellos, con sus vidas, pueden contar muchas historias de mi país. Puedes ir a mi pueblo, a Ledesti, donde estarías a pie de los Cárpatos, una zona que inspira a la gente y le hace respirar tranquilidad. Puedes disfrutar de la comida, que está buenísima; y también están los bailes tradicionales que muchos jóvenes de allí practican. ¡Qué voy a decir yo de Rumanía!

PERSONAL

Edad: 26 años.

Lugar de nacimiento: Ledesti (Rumanía), pero cuando tenía nueve años sus padres abandonaron su país y se instalaron en Madrid.

Formación: Es graduado en ADE y Derecho y ha cursado dos másteres.

Trayectoria: Tras terminar sus estudios en la universidad estuvo trabajando durante casi un año en un bufete de abogados. Escogió la carrera con la finalidad de poder cambiar lo que no le gustaba en esta sociedad, al menos algunas cosas. Empezó utilizando internet para publicar poesía. Las editoriales se fijaron en su red social y le propusieron publicar. Desde el primer libro tuvo éxito y tomó la decisión de dejar atrás la abogacía y focalizar todos sus esfuerzos en la escritura.

Poesía: Con tal de verte volar, libro que tuvo 17 ediciones y ha conocido gran éxito en México, Colombia y España. Su segundo poemario fue Ahora que ya bailas, y con él se consagró como una de las voces la poesía más potentes de su generación. En total ha vendido casi 100.000 ejemplares y es uno de los escritores más reclamados para dar recitales.

Novela: Cuando seas mayor es su primera incursión en este género y ha realizado con este libro una gran promoción editorial. Es autobiográfico, dice, en un 70%.