En Navarra se detectaron el año pasado 457 casos de cáncer de mama, respectivamente, una enfermedad que tiene una supervivencia de cerca del 90% gracias a los avances en la investigación en los últimos años.

El cáncer de mama es el tumor maligno más frecuente entre las mujeres de todo el mundo. De hecho, según la Asociación Española contra el Cáncer (AECC), aproximadamente una de cada ocho mujeres padecerá este tipo de cáncer a lo largo de su vida.

¿Cómo se presenta?

La manifestación más frecuente es la aparición de un bulto o engrosamiento en la mama, irregular y de consistencia dura, que normalmente no produce dolor.

También puede aparecer como un cambio en el aspecto del pezón o por secreción de sangre u otro fluido a través de él.

Otro síntoma puede ser cambios en la coloración o aspecto de la piel de la mama, cambios en el tamaño o forma, dolor o malestar en mama o axila o bulto en axila.

¿Cuáles son las causas más frecuentes?

Se han identificado algunos factores de riesgo, que aumentan la probabilidad de padecer cáncer de mama.

Sexo. Para empezar, ser mujer es el factor de riesgo más importante. Los hombres pueden tener cáncer de mama, pero la incidencia es muy baja: 100 veces menor que en la mujer.

Edad. El riesgo de padecer cáncer aumenta con la edad. El mayor número de diagnósticos se da entre la franja de los 45 a 65 años. Alrededor del 18% de los cánceres de mama se diagnostican en la década de los 40 y el 77% por encima de los 50 años. A partir de los 75 años el riesgo disminuye, aunque hay que destacar que la mayoría de los fallecimientos por cáncer de mama se producen en esta franja.

Herencia. El riesgo de tener un cáncer de mama es casi el doble si se tiene un familiar de primer grado (madre, hermana, hija) con cáncer de mama u ovario, y se triplica si son dos familiares. Si el tumor del familiar apareció a una edad temprana, antes de los 40 años, el riesgo se incrementa casi por seis.

Lesiones. Otro factor pueden ser lesiones de mama previas, como hiperplasia ductal atípica o carcinoma lobulillar in situ.

Hijos. En menor medida, no haber tenido hijos o tener el primero después de los 35 años, la menarquia precoz, la menopausia tardía y la terapia hormonal sustitutiva.

Estilo de vida. Otros factores de riesgo tienen que ver con el estilo de vida. Una dieta rica en frutas y verduras y el ejercicio físico disminuyen el riesgo.

¿Cómo se previene?

La prevención primaria consiste en evitar los factores de riesgos, como el consumo de alcohol o la obesidad.

La prevención secundaria consiste en la detección precoz de la enfermedad, lo que aumenta las probabilidades de curación. La mamografía es la técnica utilizada más eficaz para detectar anomalías hasta dos años antes de que sean palpables.

¿Qué tratamientos existen?

El diagnóstico de cáncer de mama ha experimentado una constante evolución, lo que unido a la detección precoz ha aumentado considerablemente la tasa de curación de la enfermedad. Según Osakidetza, la mayoría de las mujeres se someten a cirugía y reciben también tratamientos adicionales como quimioterapia, terapia hormonal o radioterapia.

Por lo general, los planes de tratamiento se basan en el tipo de cáncer de mama, su etapa, el estado general de salud de la paciente, el estado hormonal, la localización del tumor o sus preferencias personales.

Tratamiento quirúrgico. Puede ser de varios tipos:

  • Cirugía conservadora. Consiste en la extirpación del tumor con un margen de tejido mamario sano, más o menos amplio, manteniendo intacto el resto de la mama.
  • Mastectomía. Consiste en la extirpación de toda la mama.
  • Cirugía axilar. Dependiendo del estado clínico de la axila se realizará una biopsia selectiva del ganglio centinela (muy frecuente en la actualidad) o una linfadenectomía.

Radioterapia. La radioterapia es la utilización de radiaciones ionizantes para el tratamiento de determinados tumores empleando rayos X de alta energía. Su objetivo es destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que rodean a dicho tumor.

Radioterapia intraoperatoria. En los últimos años ha empezado a ganar terreno un nuevo enfoque del tratamiento para el cáncer de mama. Los métodos quirúrgicos más radicales están siendo sustituidos por cirugías menos invasivas que permiten conservar la mama. Mediante este método, se administra sólo una dosis grande de radiación en el área donde se extrajo el tumor mientras se encuentra en el quirófano justo después de la cirugía conservadora (antes de cerrar la incisión).

Quimioterapia. Es una de las modalidades terapéuticas más empleadas en el tratamiento del cáncer. Su objetivo es destruir, empleando una gran variedad de fármacos, las células que componen el tumor con el fin de lograr la reducción o desaparición de la enfermedad.

Hormonoterapia. Consiste en la administración, generalmente por vía oral, de hormonas que bloquean la acción de los estrógenos sobre las células malignas de la mama, impidiendo su proliferación, por lo que el tumor puede disminuir de tamaño o incluso desaparecer.

Terapia biológica. Las células tumorales malignas son capaces de producir una serie de sustancias (proteínas) que son diferentes a las que producen las células normales, una de ellas es la proteína HER2 y se han descubierto unos fármacos que anulan o inhiben su acción.

Otras consecuencias

Con motivo del Día Mundial Contra el Cáncer de Mama, la AECC ha elaborado un estudio para analizar lo que cuesta a una familia hacer frente a un cáncer de mama: unos 42.000 euros entre gastos directos, ocultos y pérdida de ingresos.

El estudio también señala que un 34% de las enfermas han perdido o dejado su trabajo a causa de la enfermedad, mientras que el 42% ha perdido casi todos sus ingresos. Esto provoca una situación económica severa en el 21% de los hogares del Estado.

Además, como consecuencia de la pandemia provocada por la COVID-19, estos porcentajes empeoran y se eleva al 50% aquellas mujeres que han perdido casi todos sus ingresos y aumenta, hasta casi el 30%, los hogares con una situación económica severa.