Duda de estudiante independizado que se va a un piso lejos del hogar. Acaba de hacer la compra y está guardando las cosas, Algunas van directas al frigorífico y otras a alacenas y estantes. El huevo es de los productos que van a la nevera. En casa siempre lo han hecho así y además cuenta con un compartimento especial destinado a ello.

De repente se le enciende una luz y se da cuenta de un detalle: ese mismo paquete que acaba de comprar lo ha cogido de una pila de huevos que no estaba en el espacio refrigerado de la tienda. De hecho, otros productos de consumo que se apresura a poner al frío, yogures, productos cárnícos… también lo estaban en la tienda. ¿Por qué? ¿Quién lo está haciendo mal?

Pues lo cierto es que ambos, estudiante independizado y comerció lo están haciendo bien. Y esta aparente contradicción tiene explicación.

La conservación de los huevos puede ser problemática y algún fallo en la cadena puede provocar intoxicaciones alimentarias serias.

La explicación

Como cualquier otro alimento fresco, los huevos a temperatura ambiente van perdiendo cualidades, frescura poco a poco. Por ello se recomienda su conservación a una temperatura entre 1 y 10 grados y con una humedad del 80%. De esta forma se retrasa su envejecimiento.

Pero el problema real, del que pueden derivar los males, es el cambio brusco de temperatura. Pasar de repente un huevo de un entorno frío a una temperatura ambiente normal provoca que el agua se condense en la superficie de la cáscara y estas gotitas pueden convertirse en caldo de cultivo para la proliferación de microorganismos. Estos pueden acceder al interior a través de los poros de la cáscara y contaminar el interior.

Por este motivo, desde su recogida hasta la venta al consumidor no se permite su refrigeración, aunque sí se trata de mantenerlos a una temperatura estable para evitar sucesivos cambios de temperatura que pudieran terminar por corromperlos.

Una vez en el hogar del consumidor final, la propia administración recomienda su conservación en frío para mantener el máximo tiempo su calidad.

Por cierto, dado todo lo expuesto hasta ahora, se recomienda también sacar el huevo que se vaya a consumir justo antes de su preparación, para que el paso del frío a la temperatura ambiente afecte lo menos posible y no se forme la posible condensación contaminante en la cáscara que hasta ahora hemos logrado evitar. Para añadir un extra de precaución, no hay que cascar el huevo en el borde del bol donde se vaya a batir o en la sartén ni separar clara y yema con las cascaras.

En el frigo

Con respecto a la nevera y los huevos hay también otra recomendación. A pesar de la tentadora huevera incorporada de serie en la puerta del frigorífico, numerosos expertos recomiendan que no se use. Abrir y cerrar la puerta hace que la temperatura varíe, suba cuando se abra y baje cuando se cierre. Por ello, lo que se aconseja es que se mantengan en la propia huevera en la que se comercializa la docena y se coloque junto a la pared del fondo, donde el frío se mantiene más estable. Puede que sea más incómodo, pero después de todo lo expuesto, resulta más seguro.

La receta

De esta forma, esta tortilla a las finas hierbas pasará con sobresaliente cualquier evaluación sanitaria.

Ingredientes

  • 2 huevos
  • 1 cucharada de leche
  • Perejil, cebollino, orégano, albahaca, tomillo, estragón frescos..
  • Aceite de oliva
  • Sal y pimienta

Elaboración

Picar fino todas las hierbas aromáticas frescas que se vayan a usar. Cada cocinero puede elegir la combinación o la proporción de las que quiera emplear. Una vez picada, reservar . Se puede separa una de llas para decorar la tortilla espolvoreándola por encima una vez ya en el plato.

Batir los huevos (que no se han cascado en el borde) en un bol mezclado con la leche y las hierbas. Mientras, poner al fuego la sartén antiadherente con un poco de aceite hasta que se caliente sin que humee. Una vez bien mezclados los ingredientes, echar en la sartén y bajar la potencia a fuego medio bajo. En cuanto empiece a cuajar, enrollar la tortilla sobre si misma. En unos dos minutos, sacar al plato y decorar con una de la hierbas picadas.