Navarra endurecerá en fin de año las medidas de prevención para contener el COVID-19 ante la evolución epidemiológica de los últimos días. De este modo, no se levantará el cierre perimetral de la Comunidad Foral, los encuentros familiares en los hogares serán de un máximo de seis personas de dos unidades convivenciales y el toque de queda se mantendrá a las 23 horas en Nochevieja.

En un principio se había permitido retrasar el toque de queda hasta las 1.30 horas, pero solo para regresar al domicilio, y se abrían las fronteras del 30 de diciembre al 2 de enero solo para visitar a familiares y allegados con declaración responsable incluida. El número máximo de personas se había ampliado a 10, de un máximo de dos unidades convivenciales. Todas estas flexibilizaciones quedan sin efecto. La presidenta María Chivite ya avisó este miércoles de que no le "temblaría el pulso" si se confirmaba un repunte de casos positivos durante los primeros compases de Navidades.

Este endurecimiento de las medidas inicialmente previstas tendrá su reflejo en un Decreto Foral de la Presidenta que se publicará este lunes en el Boletín Oficial de Navarra. Por su parte, la normativa relativa a aforos y limitaciones en sectores como la hostelería, el comercio, los espectáculos, las residencias o la práctica deportiva se mantendrá, por el momento, sin cambios.

El Departamento de Salud ha detectado un incremento en el número de casos de COVID-19 en los últimos días y, "lo que es más preocupante, una tendencia al alza clara y evidente". Así, la incidencia acumulada en 14 días tocó suelo el 11 de diciembre con 179 casos por cada 100.000 habitantes, que eran ya 190 el 24 de diciembre y que hoy sábado, 26 de diciembre, ronda los 200 casos.

Del mismo modo, el índice de positividad de las pruebas diagnósticas ha pasado de estar en el 3,3% el 22 de diciembre, a ser del 5,3% el día 24 y del 7,1% ayer día 25. Por su parte, el índice reproductivo básico (Rt), que indica el número de casos nuevos que provoca una persona infectada, ha subido desde el 0,67 de mediados de mes hasta el 0,92 registrado el 23 de diciembre.

Este empeoramiento de los indicadores epidemiológicos ha llevado al Gobierno de Navarra, a propuesta de los responsables sanitarios, a suprimir las excepciones previstas para fin de año con el objetivo de prevenir "al máximo posible" los contagios y "anticiparse a una nueva ola pandémica a la vuelta de las Navidades".

Una tercera ola, según indica el Departamento de Salud, podría tener "efectos importantes" en términos de vidas humanas, impacto en el sistema sanitario y la atención a otras necesidades y patologías, y consecuencias en la economía y vida social. Sin olvidar que un empeoramiento de la situación de Navarra significaría también "volver a cerrar negocios, reducir aforos y regresar a restricciones superadas".

Chivite ya advirtió el miércoles que “esto no ha terminado. Hay esperanza pero vamos a tener que vivir con las medidas y la covid durante meses”, declaró. “Esperemos que no llegue esa tercera ola. Nuestra máxima preocupación en estos momentos es que la gente se cuide, porque cuidándonos nosotros, cuidamos a los demás. Tenemos que contar con que los profesionales sanitarios van acumulando cansancio. Y que si algo hemos aprendido de este virus es que, en gran parte, depende de nuestro comportamiento individual. Es cierto que llevamos nueve meses de restricciones, pero si ya hemos pasado nueve meses, aguantemos un poco más. No tendríamos ningún problema en tomar medidas más restrictivas. No nos va a temblar la mano”, señaló.

"Monitorizamos diariamente los datos y, una vez que observamos los contagios, tomamos decisiones. Hemos entrado en una meseta, pero si hay un repunte de casos, tomaríamos otras medidas", indicó. También se refirió al sector de la hostelería, que tanto está sufriendo con las restricciones: “Entiendo que el sector de la hostelería esté enfadado, pero no se ha hecho por capricho. Esto es algo que se ha hecho en toda Europa. No es que la hostelería sea el problema”.

Sobre la vacunación en Navarra, la presidenta se mostró esperanzada e indicó que se vacunará “cuando me toque”. Aún así, agregó, “estamos ante el principio del fin, pero todavía es el principio. Hay luz al final del túnel, hay esperanza, pero esto todavía no ha terminado. Siempre hay ciertos miedos y reticencias y confío en que conforme vayan superando las semanas de vacunación, creo que estos miedos y reticencias desaparecerán. Es importante que seamos responsables con la vacunación”. Respecto al almacenamiento y logística necesario para la llegada de la vacuna, cuyas primeras dosis se suministrarán a 150 residentes de la residencia El Vergel de Pamplona, dijo que “está perfectamente vigilado el transporte con el apoyo de las fuerzas de seguridad y está diseñado el plan y el lugar de almacenaje, estimo que no habrá ningún problema en ese sentido”.