Navarra detectó el martes 22 de febrero al menos 250 nuevos casos de infección por Covid-19, según el dato diario facilitado por el Departamento de Salud, cifra que mantiene la tendencia descendente de las últimas jornadas. Están por debajo de los 377 positivos de hace 7 días y de los 538 de hace 14, camino ya de la octava semana consecutiva con los contagios a la baja. El lunes, tras sumar más autotest, la cifra de casos asciende a 293, después de que se notificaran 276. La semana avanza con una reducción del 34,4% en los positivos respecto a la anterior (543-827), y con la incidencia a 7 y 14 días dejando los mejores registros en tres meses (277-720).

En cuanto a la situación en hospitales, actualmente hay 111 pacientes ingresados por esta enfermedad, 13 menos en 24 horas, 13 de ellos en UCI, uno menos. La pasada semana eran 140, 19 en críticos. Ayer se registraron 3 nuevos ingresos, ninguno en UCI, y no se notificaron fallecimientos por vez primera desde el 7 de febrero.

La presidenta del Ejecutivo foral, María Chivite, valoró ayer que los contagios siguen bajando, hecho que está permitiendo levantar restricciones. En esa línea comentó que en los consejos interterritoriales se está hablando de flexibilizaciones en relación con los confinamientos, cuarentenas o mascarillas en interiores, y eso son "factores positivos que nos hacen pensar que vamos a pasar a otra fase de la pandemia, y espero que así sea", concluyó. La presidenta anunció que el Gobierno foral va a lanzar una convocatoria de ayudas dirigida al sector del ocio nocturno, que ha sido el más afectado por las restricciones.

DATO DIARIO POR MUNICIPIOS Ayer Pamplona acumuló 66 nuevos positivos, según el primer avance del Gobierno foral, entre los que destacan los 11 del II Ensanche, 9 en Casco Viejo-I Ensanche, 7 en Rochapea, San Juan y Ermitagaña, 6 en Txantrea, y los 4 de San Jorge y Buztintxuri. Tras la capital navarra Burlada notificó 12 contagios, Tudela 11 en total, 9 Berriozar y Zizur, 8 Cintruénigo y Mendavia, 7 Barañáin, 6 Estella-Lizarra, 4 Ansoáin y Ribaforada, 3 Gorráiz, Lumbier, San Adrián y Villava-Atarrabia...:

"La vigilancia será insuficiente para controlar la séptima ola", alerta Mitjà

El investigador del Hospital Germans Trias de Badalona (Barcelona) Oriol Mitjà ha advertido de que solo con un sistema de vigilancia epidemiológica con centros centinelas, como el que plantea el Departamento de Salud de la Generalitat, no se podrá controlar la más que probable séptima ola de covid, que sitúa en el plazo de 6 a 8 meses. Así lo avisa en una entrevista con Efe uno de los infectólogos más escuchados en la esfera comunicativa en los dos años de pandemia en Catalunya, una exposición pública no exenta de costes personales -ha recibido tanto elogios como reprimendas, y alguna que otra amenaza-, pero que le ha permitido influir en la opinión pública y divulgar la ciencia.

Mitjà (Barcelona, 1980) se ha caracterizado por ser crítico con la lentitud de las administraciones para reaccionar ante las sucesivas olas de la covid y ahora, como uno de los miembros del comité científico asesor del Govern, quiere que Catalunya esté preparada para los siguientes desafíos pandémicos.

"Mientras continúe habiendo transmisión en el globo terrestre y no se haya erradicado el covid, podrían haber olas con mayor o menor gravedad y tenemos que tomar decisiones sobre cómo nos preparamos para la próxima, y no entrar en pánico cuando llegue", ha destacado el investigador.

SOLO SEIS MESES DE TRANQUILIDAD ¿Pero cuándo llegaría esta séptima ola? Tras la fuerte campaña de vacunación con terceras dosis y los miles de infectados con ómicron de la sexta ola, Mitjà prevé al menos seis meses de "tranquilidad", pero a partir de ahí pueden haber cambios.

"La población perderá inmunidad y, si entra una nueva variante, puede provocar una nueva ola, y esto es razonable que pueda pasar en los próximos 6 u 8 meses, pero dependerá de circunstancias y variables que aparezcan", ha pronosticado.

En el plazo más corto, el Departamento de Salud de la Generalitat catalana prevé para abril dejar de contar cada caso y pasar a un sistema de vigilancia epidemiológica con algunos centros centinelas, que se encarguen de hacer diagnósticos de forma sistematizada, para ir haciendo una fotografía de la incidencia del coronavirus.

Según Mitjà, esto "es insuficiente para poder controlar la séptima ola de la covid" que probablemente vendrá, porque solo servirá para avisar de cuándo puede llegar y con una antelación corta, de dos semanas.

En opinión de este experto, cuando se identificara la señal de riesgo de nueva ola, se debería lanzar "un paquete de medidas para proteger a la población", entre las que destacó una campaña de vacunación con dosis de refuerzo.

Asimismo considera que se debería brindar una protección especial a personas vulnerables (deberían tener un circuito asistencial diferenciado del resto de la población, con test para todos y acceso equitativo en todo el territorio a medicamentos que reduzcan la gravedad) e instaurar aparatos de control ambiental en aquellos espacios donde no los hay, como los locales de restauración o las escuelas.