akartxo Ruiz citó a tres autores justo al final de su discurso. A Victor Hugo para recordar que no hay nada mejor que “los sueños para crear el futuro”; al pensador Noam Chomsky, que dijo aquello de que la mejor estrategia es el optimismo; y a Eduardo Galeano, al que atribuyen ese aforismo que dice que mucha gente pequeña en lugares pequeños puede hacer cosas muy grandes.

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Son tres citas con las que se cerró un trío de discursos -el suyo, pero también los de Izar Hernando y el breve de Asiron- y que abundan en una visión optimista del soberanismo, una posición alegre, amplia, que sabe que el camino es muy largo y que no puede construirse sobre el resentimiento, del que la gente siempre termina huyendo. El soberanismo quiere atraer, no espantar. E incluso en varias ocasiones el único mensaje fue: disfrutad del día. El Aberri Eguna como celebración, como afirmación de un pueblo que aspira a tener una república independiente y que sabe que no lo logrará desde el rencor. Fue uno de los mensajes de fondo, y los más de 15.000 asistentes respondieron. El buen tiempo y el festivo del lunes animaron a muchos a potear y comer por Pamplona, que vio escenas más propias de Sanfermines que de un acto político.