pamplona - Rotas, tiradas por el suelo y colocadas en una zona dedicada al esparcimiento canino o, lo que es lo mismo, un pipicán. Esta es la radiografía que arrojaban hasta hace unos días Bestiario 1 y 2, las esculturas de Dora Salazar que se instalaron en 1991 en el parque del Mundo del barrio de la Chantrea de Pamplona. La artista alsasuarra ya manifestó hace más de un año su sorpresa y disgusto por la situación en la que se encontraba este conjunto escultórico, el primero que realizó para una institución pública, incluso se ofreció desinteresadamente a solventar los problemas de las piezas, machacadas por distintos actos vandálicos, pero no recibió ninguna respuesta. Silencio administrativo. Lo más curioso es que las obras han permanecido así durante muchos meses, hasta hace escasamente un par de días, cuando alguien, se supone que algún servicio técnico del Consistorio, las ha retirado, coincidiendo con la publicación de esta noticia. En estos momentos, eso sí, no se sabe dónde se encuentran. Antes de eso, varios vecinos habían denunciado el asunto, obteniendo, además, pruebas gráficas del deterioro de las piezas, tal y como se puede ver en estas páginas.

El nuevo gobierno municipal ha sido conocedor de esta circunstancia a través de este periódico. La concejala delegada de Cultura, Maider Beloki, expresó ayer su malestar y afirmó que su intención a corto plazo es invitar a la artista a realizar una visita conjunta al emplazamiento para “valorar los daños, hacer números” y adoptar una decisión sobre la restauración de las esculturas o, incluso, sobre la posibilidad de rehacerlas dependiendo del estado en el que se encuentren. Ahora, esa visita habrá que realizarla en el almacén adonde hayan trasladado las piezas, extremo que la edil desconocía porque la única información que le facilitaron desde el área de Cultura es que ayer a mediodía esas obras seguían en la Chantrea. Y resulta que ya no estaban allí desde el lunes o el martes.

La misma Dora Salazar (Alsasua, 1963) comentó esta semana que hace casi dos años intentó hablar con algún responsable institucional de este tema, pero sus esfuerzos por comunicarse no obtuvieron respuesta. “Cuando tú compras una lavadora, la responsabilidad de mantenerla es tuya, ¿no? Yo intenté mover el tema, pero nadie se prestó a hacer nada”, comentó la artista, preocupada también porque el estado de las piezas resultaba “hasta peligroso”, ya que “si hay chapas sueltas, puede cortarse alguien”. Salazar se llevó un “buen susto” cuando vio el conjunto. Y se mostró dispuesta a colaborar en los arreglos que hicieran falta “sin cobrar nada”. “Parece que hay marcas y estatus dependiendo de quién seas, si la obra fuera de Koons seguro que no pasaba esto”, lamentó. “Se hacen tantos encargos que luego no se cuidan, igual que se construyen tantos polideportivos o museos que después se caen a trozos; de algún modo, esto tiene que ver con la sociedad en la que vivimos”, señaló. Y reiteró: “Hay que cuidar las cosas, los artistas nos cansamos de ser el último mono de la feria”.

No es la primera vez que la creadora navarra se ve envuelta en una situación de este tipo. Recientemente le sucedió algo similar, incluso más grave, pero en ese caso era un encargo privado de un hotel de Bilbao, donde desapareció por completo la figura de una sirena, una obra de tubular. “La fueron rompiendo poco a poco, hasta que aparecí yo un día y ya no había nada. Fui a preguntar, me trataron fatal y no me dieron más explicaciones”. También le ha sucedido con otra obra, y, llegados a este punto, no sabe cómo proceder. “Ya paso del tema. ¿Qué hago, me tiro de los pelos? Si la gente no aprecia las cosas, qué puedo hacer yo”, y con esto se refiere tanto a la institución que compra una pieza como a esa parte del público que no respeta este patrimonio de todos.

62.000 euros El concejal delegado de Cultura de la anterior Corporación municipal y, por lo tanto, responsable de la gestión de este tema, Fermín Alonso, presentó en febrero el Plan de difusión y conservación de la escultura urbana del Ayuntamiento de Pamplona, destinado a conservar las 66 obras de propiedad municipal distribuidas por distintas calles, parques, plazas y rotondas de Pamplona. El objetivo, poner en valor el museo al aire libre de que dispone esta ciudad, que reúne el mayor número de piezas al aire libre de Jorge Oteiza. Durante la presentación, el edil subrayó la cantidad de actuaciones de restauración llevadas a cabo en los últimos años. Para prevenir el maltrato y los actos vandálicos, esta iniciativa contemplaba la ampliación de las zonas ajardinadas alrededor de las piezas, colocación de cámaras de vigilancia o iluminación permanente. El plan se dotó con 62.000 euros para este año 2015. En estos momentos se desconoce cuánto de ese presupuesto se ha gastado y qué acciones concretas se han llevado a cabo.

‘bestiario 1 y 2’, arte conceptual

Formas animales. Bestiario 1 y 2. Así se titulan las obras de Dora Salazar, tal y como aparecen reflejadas en la página web de la Guía de escultura urbana de Pamplona (esculturas.pamplona.es), con una reseña de Francisco Javier Zubiaur. El experto explica que Bestiario 1 es “una representación de una especie de pata de artrópodo gigante -que también podría identificarse como la de un reptil-, que se halla desprendida, como abandonada en la tierra”. Y Bestiario 2 es “una estructura tronco-piramidal de planta poligonal irregular formada por la unión de unas 90 planchas galvanizadas, de aspecto mate, en el interior de cuya truncadura se ofrece otra estructura piramidal invertida y lados variables”. El conjunto, según Zubiaur, “puede conceptualmente remitir al mundo animal y simbolizar la morfología de los cuerpos, donde concavidad y convexidad se hallan íntimamente relacionadas.