Quizás porque el euskera ha sufrido muchas agresiones a lo largo de la historia y distintos poderes han intentado que desapareciera, recibir una noticia tan asombrosa como el descubrimiento de la Mano de Irulegi y lo que significa ha servido como elemento de reafirmación de un pueblo que, pese a todo, ha mantenido vivos su idioma y su cultura”. Así lo destaca Oroitz Zabala, director junto a Iban Toledo del documental Eraukon. La lengua de la mano. La película, cuyo rodaje finaliza en noviembre, podría estar terminada para la primavera de 2026, momento en el que comenzaría una gira por festivales, antes de llegar a las salas en invierno de 2027.

El equipo de arqueólogos de la Sociedad de Ciencias Aranzadi encontró en junio de 2021 esta pieza de bronce en el yacimiento del poblado fortificado de Irulegi, a escasos 14 kilómetros de Pamplona. El hallazgo en sí mismo ya era importante, pero cuando los epigrafistas descubrieron que contenía una inscripción, sorioneku (buena suerte en euskera), y que el objeto databa del siglo I antes de la era cristiana, “es decir, una centuria antes de la llegada de los romanos a Navarra”, la sorpresa fue mayúscula.

“La teoría que más fuerza ha tenido desde el principio es que se trata de un texto escrito en vascónico, lo cual pone patas arriba todo lo que se sabía de este pueblo hasta ahora, ya que durante mucho tiempo se ha defendido que los vascones eran ágrafos y con este descubrimiento queda claro que sabían leer y escribir”, señala Oroitz Zabala, que, al igual que Toledo, ya tenía una relación profesional previa con Aranzadi. “Después de que se diera la noticia, contactamos con ellos pensando que ya habría varias personas con la idea de hacer un documental sobre el tema, y, para nuestra sorpresa, nos dijeron que nadie les había llamado con esa intención”, agrega el codirector, convencido desde el principio de que la película que se hiciera en torno a la Mano de Irulegi debía tener proyección internacional y traspasar “todas las mugas” por las “repercusiones que el hallazgo tiene tanto a nivel científico como académico y cultural”. Así, Zabala y Labrit Multimedia, productora en la que trabaja, fue buscando aliados y enseguida sumó a Iban Toledo (On Produkzioak), con el que ya había colaborado antes. Más tarde entró también la francesa Les Valseurs y, por supuesto, en el proyecto participa la Sociedad de Ciencias.

El del catedrático Javier Velaza es uno de los testimonios recogidos en el documental. Cedida

Revolución académica, social y mediática

Tras una primera toma de contacto en 2023, el rodaje comenzó en 2024 durante el nuevo período de excavaciones en Irulegi. “No hay que olvidar que los trabajos continúan allí y que, además, desde que encontraron la mano se han producido otros descubrimientos en Navarra como el altar del siglo I en Larumbe y de la inscripción vascónica de 2.000 años de antigüedad en una mina en Lantz”, subrayan ambos directores. “El mundo de la arqueología nos está dando grandes noticias sobre la historia de este pueblo, revolucionando lo que se sabía hasta ahora”, agregan.

Sin duda, que el debate esté tan vivo es positivo, pero también dificulta el trabajo. “Hay diferentes teorías, aportaciones e interpretaciones, a lo que se suman las novedades arqueológicas que se han ido produciendo y el hecho de que en todo lo relacionado con el euskera siempre hay apasionados y detractores”, indica Toledo. Esta circunstancia les ha llevado a recopilar testimonios de diversos expertos en Arqueología, Historia y Lingüística, que han ratificado su idea inicial: la Mano de Irulegi supone “una revolución que reescribe la historia”. “Las principales hipótesis defienden que el euskera es una lengua preindoeuropea, pero esto viene a reforzar esa idea y nos lleva a preguntarnos si es la lengua viva más antigua de Europa”

También han entrevistado a Leire Malkorra, arquitecta con estudio en Tolosa que descubrió la pieza de bronce, “y a la que algunos niños que visitan el yacimiento de Irulegi señalan como si fuera famosa y diciéndole que ha hecho historia”, comentan, divertidos, los realizadores. También a Mattin Barandiaran, director de las excavaciones en Irulegi, a Javier Velaza, catedrático y decano de la Facultad de Filología y Comunicación de la Universidat de Barcelona, o a Joaquín Gorrochategui, catedrático de Lingüística Indoeuropea en la Universidad del País Vasco, entre otros.

“A los pocos meses de publicarse la noticia ya pudimos ver la Mano de Irulegi en colgantes, camisetas, murales... en toda clase de merchandising. Ahora mismo, se ha convertido en un icono casi a altura del lauburu”.

Oroitz Zabala - Codirector del documental 'Erauko. La lengua de la mano'

Asimismo, han podido constatar cómo el hallazgo “ha suscitado mucho interés en Europa”, como pudieron comprobar cuando acompañaron a expertos de Aranzadi al Congreso Internacional de Arqueología que se celebró en Belfast en 2023. “Pudimos hablar con varios especialistas europeos, como el británico Ian Armit, que nos comentó que ya le gustaría a él tener un descubrimiento de este tipo”.

Entre los académicos, hay algunos que “se están centrando más en el misterio del texto, porque utiliza grafía íbera, pero parece que modificada para poder escribir en vascónico, intentan a la vez descifrar el significado de las palabras grabadas en la pieza”. En este punto, también hay diversas teorías, “pero la que mayor fuerza es la teoría cero”, la que defendieron Velaza y Gorrochategui y que afirma que en la mano pone sorioneku. Asimismo, el documental toma su título de “un estudio reciente que ha permitido localizar el verbo eraukon al final de la inscripción”. Término que podría tener relación con eradun, que en euskera significa dar, ofrecer o entregar.

“Icono pop”

Pero antes de que se iniciaran las discusiones académicas, se produjo un tremendo revuelo mediático y ciudadano. “A los pocos meses de publicarse la noticia ya pudimos ver la Mano de Irulegi en colgantes, camisetas, murales... en toda clase de merchandising. Ahora mismo, se ha convertido en un icono casi a altura del lauburu”. Un “icono pop”, apunta Toledo. El motivo, a juicio de Zabala, es que “la gente ha abrazado este descubrimiento como la reafirmación de una identidad”. No hay más que recordar las colas formadas para ver el objeto en el Planetario, primero, y en el Museo de Navarra, donde se encuentra ahora, después.

El equipo se trasladó al estudio de la arquitecta Leire Malkorra en Tolosa. Cedida

Animaciones

El hallazgo como tal y la “revolución social, mediática y académica que ha supuesto” son los dos hilos narrativos principales de este trabajo documental, cuyos directores han querido desarrollar otra línea argumental, que no es otra que “poner en valor” la labor que realizan quienes trabajan, casi siempre voluntariamente, en los yacimientos y señalar que necesitan medios y fondos para continuar cada año, ya sea en Irulegi o en otro lugar.

Sin duda, esta es una historia de misterio, “casi un thriller”, que servirá de punto de partida para adentrarse también en un viaje al origen del euskera. Para trasladar esa parte referida a la historia de las lenguas, los directores han apostado por las animaciones. “Creemos que así podremos aligerar la película y trasladar mejor al público de fuera de aquí qué es eso de las lenguas preindoeuropeas o del íbero o qué relación hay entre castellano y el euskera”, dice Toledo. Un viaje en el tiempo de la mano de una pequeña pieza de bronce.