La movilización ciudadana ha surtido efecto en Mélida. Tras días de presión vecinal y una creciente preocupación en el municipio, el Ayuntamiento ha decidido rechazar el proyecto para construir una planta de biogás y biometano a poco más de un kilómetro del casco urbano. La decisión se formalizó este miércoles durante el pleno ordinario, en lo que la Plataforma Vecinal de Mélida considera “una victoria del pueblo y del sentido común”. El pequeño municipio navarro, de unos 700 habitantes, conoció la existencia del proyecto a comienzos de septiembre, a raíz de una información publicada en prensa sobre la posible instalación de una planta de biometano en el término de Murillo el Cuende-Rada. Pocos días después, se supo que el Ayuntamiento de Mélida también había mantenido conversaciones con otra empresa interesada en construir una planta similar en su término municipal. La noticia encendió las alarmas.

“Nos enteramos prácticamente por casualidad, y desde el primer momento vimos que algo tan grande y tan cerca del pueblo podía tener consecuencias muy negativas”, explica Patxi Sierra, portavoz de la Plataforma Vecinal de Mélida. “No estamos en contra de las energías renovables, pero este tipo de proyectos no puede imponerse sin transparencia ni participación ciudadana. Aquí el impacto sobre el entorno y la vida del pueblo sería enorme”.

Rechazo masivo

Ante la inquietud vecinal, el Ayuntamiento organizó el pasado viernes 17 de octubre una reunión informativa en la que la empresa promotora presentó su propuesta ante unas 350 personas, más de la mitad de la población. Según la plataforma, el encuentro evidenció un rechazo unánime a la iniciativa.

Las explicaciones de la empresa sobre los supuestos beneficios del proyecto —entre ellos la creación de cinco empleos— fueron recibidas con escepticismo. En cambio, numerosos vecinos intervinieron para alertar de los posibles riesgos ambientales, el aumento del tráfico de camiones, la emisión de gases contaminantes y los problemas de olores. “Las promesas eran ridículas frente a los perjuicios que supondría para Mélida. Nadie quiere vivir rodeado de camiones y malos olores”, resume Sierra.

Tras aquella reunión, el Ayuntamiento tomó nota del sentir general. El domingo 19, el alcalde comunicó oficialmente a la Plataforma Vecinal su intención de rechazar el proyecto en el pleno de esta semana, decisión que fue recibida con un largo aplauso por parte de los asistentes a la asamblea vecinal. “Es una demostración de que la unión del pueblo puede cambiar las cosas”, destaca el portavoz.

Otras dos plantas, en el aire

Sin embargo, el conflicto no termina aquí. La plataforma advierte de que otras dos plantas proyectadas en la zona, una entre Rada y Murillo el Cuende, promovida por Biorig Energy-Rada Navarra SW, y otra entre Caparroso y Rada, siguen en tramitación administrativa. La de Rada, en concreto, cuenta con un plazo de alegaciones abierto hasta el próximo 9 de noviembre.

La Plataforma de Mélida ha anunciado que elaborará un informe técnico y jurídico para presentar alegaciones antes de esa fecha. Según sus cálculos, la planta de Rada tendría una capacidad para procesar 169.000 toneladas de residuos al año, lo que generaría 257 metros cúbicos de biogás y 729 de biometano por hora, además de casi 49.000 toneladas de compost. “Estamos hablando de una instalación de dimensiones industriales que multiplicaría el tráfico pesado por nuestras carreteras y afectaría directamente a la calidad del aire y del agua”, advierte Sierra. “El Valle del Aragón no puede convertirse en un polígono energético a costa de la salud de sus vecinos”.

Temor a un efecto sobre la despoblación

La plataforma también subraya los posibles efectos sociales y económicos de estos proyectos. Considera que la instalación de plantas de biogás en zonas rurales puede ahuyentar el turismo y desincentivar la llegada de nuevos habitantes, agravando así la despoblación. “¿Quién va a venir a pasar el fin de semana o a invertir en un pueblo rodeado de olores y camiones? Si seguimos por este camino, en lugar de fijar población, la perderemos”, lamenta Sierra.

La organización vecinal hace un llamamiento a las instituciones navarras y a la ciudadanía del Valle del Aragón para “defender un desarrollo verdaderamente sostenible”. “Queremos un futuro limpio, con proyectos que respeten a las personas y al entorno. Este triunfo en Mélida demuestra que la voz de los pueblos pequeños también cuenta”, concluye su portavoz.