Aimar Oroz fue titular en el primer partido de Liga de la temporada pasada con el Sevilla y se atrevió a tirar el penalti de aquel día tan señalado. Fue su primer encuentro titular en Primera y se debe considerar así su debut oficial en la máxima categoría. En el minuto 74, con el 1-1 en el marcador, el chaval, entonces 20 años, no dudó y si engañó a Bono para lograr los tres primeros puntos de una campaña que resultó a la postre fantástica para el club y para él.

Desde entonces, Aimar –que cumplirá 22 años en noviembre– se ha convertido en uno de los insustituibles del equipo y en una de las referencias de este Osasuna con cara nueva y en plena renovación. Contra el conjunto andaluz el sábado, Oroz redondeó sus participaciones con el primer equipo llegando hasta su partido número 50.

Desde aquel partido para el recuerdo frente al Sevilla del pasado hasta el del pasado fin de semana de nuevo frente al mismo rival, el futbolista de Arazuri ha disputado 37 encuentros en Primera, siete de Copa del Rey, dos más de la Liga Conferencia y otros diez con la selección sub-21 que elevan su cifra a 60 participaciones en partidos oficiales en poco más de un año, 46 con Osasuna —su estadística total con el primer equipo navarro se eleva a 50 comparecencias, porque jugó su primer partido en la temporada 2018-19, en el curso siguiente (2019-20) disputó otro encuentro más y en la campaña 2020-21 participó en dos de Copa—. En esta temporada es uno de los dos futbolistas junto con Ante Budimir que ha disputado los ocho encuentros, los seis de Liga y los dos de la Liga Conferencia.

El medio centenar de encuentros no han caído en saco roto porque su indudable talento se ha visto incrementado por la experiencia. Si a ello se une su solidaridad en el trabajo defensivo, Osasuna tiene en sus filas un elemento llamativo.

Frente al Sevilla, Aimar Oroz cumplió su particular efeméride que coincidió con un rival con el que se pudo comprobar que el chaval se ha hecho mayor.