La tormenta política cada vez es más intensa y parece que así va a continuar durante los próximos días, ahora que lo peor de la DANA parece abandonar definitivamente la Comunidad Valenciana.
Como ocurrió en los primeros días la declaración del estado de alarma por la covid-19, Moncloa ha decidido que, en vez del ministro de Política Territorial, Ángel Víctor Torres, a partir de ahora sea un militar, en este caso el jefe de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Javier Marcos, quien comparezca ante los medios de comunicación para dar cuenta de las decisiones del comité de crisis puesto en marcha por el Gobierno de Pedro Sánchez.
Pues bien, en su estreno ante los periodistas dejó dos mensajes claros. En primer lugar, defendió la labor llevada a cabo por las Fuerzas Armadas desde el pasado martes día 29, pese a las críticas de los voluntarios que han denunciado una y otra vez que en los primeros días solo ellos estaban al pie de cañón.
El general jefe de la UME se escudó en que no se intervino antes porque la meteorología lo impidió y, en segundo lugar, por una cuestión “de orden y disciplina”: “No podemos añadir caos a lo que es una situación absolutamente caótica”, aseguró Marcos, que insistió en que los soldados “se están dejando la piel en todo momento”, con turnos de 12 horas tras los que regresan “agotados”.
El segundo mensaje del jefe de la UME tenía nombre y apellidos para un destinatario: Carlos Mazón Guixot, a la sazón, presidente de la Generalitat Valenciana. El general jefe de la UME no se mordió la lengua y recordó que la UME tiene libertad de movimiento por todo el territorio español, “pero nunca puede entrar en la zona de emergencia sin la autorización del director de emergencias correspondiente de la comunidad autónoma”, cuyo máximo responsable es justamente el presidente de la Generalitat Valenciana.
“Yo puedo tener mil soldados en la puerta de la emergencia, pero no puedo entrar legalmente hasta que el director de la emergencia me autoriza”, subrayó el jefe de la UME, que reconoció que su unidad no intervino rápidamente.
Al respecto, el jefe de la UME argumentó que no se intervino rápidamente porque la meteorología lo impidió y, en segundo lugar, por una cuestión “de orden y disciplina”.
“Quien decide dónde vamos o dónde no vamos es la Comunidad Autónoma. En todo este proceso es el director de la Emergencia quien nos dice en este sector o en este otro. A partir de ahí, como unidad militar, como unidad de las Fuerzas Armadas, empezamos a actuar con nuestras órdenes”, agregó.
Mazón se defiende
Precisamente, Carlos Mazón trató de descargar su responsabilidad de lo ocurrido ese 29 de octubre. “La Confederación Hidrológica del Júcar (CHJ) desactivó la alerta hidrológica por posible desbordamiento de caudales hasta en tres ocasiones el pasado martes. Sin duda, si hubiéramos tenido la reactivación de la alerta hidrológica por parte de la CHJ, se hubiera enviado el mensaje de alarma de inmediato”, intentó justificarse el presidente de la Generalitat.
Mazón añadió que “la catástrofe no la provoca la lluvia en sí, sino el torrente de agua” y que se pidió la movilización de la UME a las 15.21 horas y “no a las ocho a las nueve”. Ante estas afirmaciones, la CHJ quiso dejar claro que entre sus competencias no está la emisión de alertas públicas por riesgo de crecidas y avenidas.
Los desaparecidos
Mientras tanto, los valencianos contienen el aliento ante la búsqueda de los cientos y cientos de personas desaparecidas, aunque nadie se atreve a poner una cifra. “No podemos dar un número realmente fiable en ese sentido por muchas circunstancias. Primero están las denuncias, luego están también las comunicaciones que han hecho imposible ponerse en contacto con determinadas personas, con lo cual la concreción del número de desaparecidos no es sencilla y, por lo tanto, es mejor no concretarla o no fijar un número. Pero eso no quita que estemos en una búsqueda permanente de todas aquellas personas cuya desaparición ha sido puesta en conocimiento y denunciada tanto a Policía como a Guardia Civil”, insistió el ministro español del Interior, Fernando Grande-Marlaska.
Eso sí las cifras, aún provisionales, de fallecidos no han variado en las últimas horas arrojan una suma de 210 personas fallecidas en la provincia de Valencia, a las que hay que añadir tres en la comunidad de Castilla-La Mancha –en la localidad albaceteña de Letur donde continúa la búsqueda de cuatro desaparecidos– y una en Andalucía. Mientras tanto, el Gobierno español pidió “paciencia” a los valencianos aunque reconocía su “dolor”.