La Fundación SGAE ha dado a conocer, a través de un comunicado, el Premio Max aficionado o de carácter social 2025. Modalidad social, que ha sido otorgado a Ignacio Aranguren y Vicente Galbete, por toda su trayectoria como docentes del Taller de Teatro Escolar del Instituto Navarro Villoslada de Pamplona (TTNV).
La organización de los Max reconoce, así, el movimiento del teatro que impulsaron en las aulas y una trayectoria contrastada de casi cinco décadas como cantera de actores, creadores y público en Navarra. El premio ha sido anunciado este sábado, 29 de marzo, en la XII gala de los Premios Escenamateur – Juan Mayorga de las Artes Escénicas, celebrada en el Gran Teatro de Manzanares (Ciudad Real).
Halagador
Ignacio Aranguren (Pamplona, 1953) y Vicente Galbete (Pamplona, 1949) han sido "dos piezas fundamentales del taller escolar en el instituto pamplonés, simbolizado en una sala de ensayos y actuaciones para 300 personas, con el ambiente de fondo y la alegría del devenir estudiantil", explican. Aranguren, fundador del taller en 1978 y director del mismo hasta su jubilación en 2013, ha reconocido estar gratamente sorprendido: “Siento mucha alegría y sorpresa, además de gratitud a todos los que se están alegrando con este premio porque a veces se menosprecia el teatro escolar”. Para Galbete, colaborador necesario del taller en la parte de escenografía, vestuario y difusión, “resulta muy halagador porque cuando te jubilas desapareces del globo”.
Ambos, docentes ya retirados, recibirán el Premio Max aficionado o de carácter social. Modalidad social el próximo 16 de junio de 2025 en el Teatro Gayarre de Pamplona, durante la ceremonia de entrega de los 28º Premios Max de las Artes Escénicas – Pamplona Iruña.
Organizados por la Sociedad General de Autores y Editores, a través de su fundación, estos galardones cuentan con la colaboración del Ayuntamiento de Pamplona, el Gobierno de Navarra, el Ministerio de Cultura y Deporte, a través del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM) y el grupo Eulen. La ceremonia será retransmitida a través de La 2 de Televisión Española, a través del Canal Internacional de RTVE y vía streaming por RTVE Play.
La vocación cimenta el espíritu escolar
Ignacio Aranguren, filólogo por la Universidad de Navarra, catedrático de Lengua y Literatura Españolas en Educación Secundaria, Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2016 del Gobierno de Navarra y autor de varios trabajos y manuales dedicados a la práctica escénica en el entorno educativo como El actor adolescente, puso en marcha este taller de teatro escolar con el propósito de hacer del teatro una herramienta pedagógica y social indispensable. Una vez retirado de la enseñanza, han tomado su relevo otros docentes como Javier Izcue, Juan Carlos Múgica, Ana Artajo y Ion Martinkorena)
Aunque en la actualidad su labor como docente ya retirado se centra en la formación teatral de los profesores, presume de haber organizado al menos un montaje al año (y ya van 46) y de haber sembrado la simiente del teatro en más de un millar de adolescentes, fidelizando a más de 7.000 espectadores por temporada. Dirigió la puesta en escena de obras como El tartufo, de Molière; Historia de un caballo, adaptada de León Tolstoi, o El diario de Ana Frank, original de Albert Hackett y Frances Goodrich, montajes multipremiados en distintas ediciones de los Premios Buero Vallejo de Teatro Joven.
“Cuando empezamos”, defiende Aranguren, “no es que hubiera que hacer las cosas sin colaboración, sino más bien que te encontrabas con una proa del Titanic delante para hacerlas. El teatro escolar no tenía reconocimiento, era una gracia que se les ocurría a algunos profesores, que les hacía mucha ilusión y que tenía en contra a los gestores de los centros… Pero verdaderamente en estos últimos años ha cambiado muchísimo la cosa. Ahora tiene un reconocimiento. De hecho, hay enseñanzas especiales que tienen que ver con el teatro y las artes escénicas”, recuerda Galbete. “A los dirigentes les pediría que se pasaran a ver alguna obra de teatro juvenil, encontrarían un escenario lleno de valores, solidaridad, entrega, ilusión y creatividad”, expresa el fundador.
Cantera de actores, creadores y espectadores
Aranguren dibujaba un triángulo en una pizarra el primer día de la temporada para que todo el mundo tuviera claros los objetivos. En primer lugar, destacaba lo que el teatro puede aportar de compañerismo, de superación, de disciplina, valores educativos. En segundo lugar, presentaba el teatro como oportunidad para descubrir las capacidades expresivas, como escuela de expresión. Y desde el tercer vértice explicaba la indispensabilidad del concepto de comunicación, para llevar las obras a públicos jóvenes.
Sobre esa base, el Navarro Villoslada ha sido cantera de actores, creadores y públicos durante casi cinco décadas. “Tanto Alfredo Sanzol – autor, director y coordinador del Centro Dramático Nacional- como Natalia Huarte pisaron su primer escenario conmigo”, por ejemplo. La interpretación de Huarte en La posadera le valió una beca de la Fundación Coca-Cola para estudiar en la RESAD de Madrid. “Ahí descubrí ya un filón, dije, madre mía, qué pedazo de actriz…. a ver si no la he estropeado…. De aquí ha salido mucha gente que ha encontrado su sitio en los oficios teatrales, no solo intérpretes, también técnicos de luces, oficinas de prensa… y sobre todo ha salido un ingente número de espectadores”.
Para Galbete (Premio Nacional de Innovación Educativa Francisco Giner de los Ríos, Nacional de Vestuario en los Premios Buero de Teatro Joven 2008 y Premio Navarro de Educación 2010) “este taller de Ermitagaña se convirtió al final en un ritual: teníamos un público muy leal”.
Teatro, educación y adolescencia
Sostiene Aranguren que el teatro, la educación y la adolescencia es una mesa con tres patas que hay que nivelar “muy bien, para que no tenga efectos secundarios, para que se maneje la ingenuidad. Y mucho cuidado porque puede hacer mucho daño: el teatro también puede ser profundamente deseducador, feria de las vanidades y también, en el peor de los casos, puede ser una pérdida de tiempo que genera muchas expectativas que hay que controlar”.
Pese a ello, sostienen que es preciso trabajar con vocación e ilusión: dar para recibir. “Lo precioso es acompañar a los adolescentes en el descubrimiento del teatro y cómo a través del teatro se descubren a sí mismos”, concluye. Cabe destacar aquí proyectos como las Jornadas de Teatro y Educación y Jóvenes Espectadores de Navarra, en colaboración con el Teatro Gayarre de Pamplona.
Acerca de los Premios Max
Organizados por la Fundación SGAE desde 1998, los Premios Max, cuyo galardón está diseñado por el poeta y artista plástico Joan Brossa (Barcelona-1919/1999), impulsor de uno de los colectivos renovadores del arte español de posguerra, se han consolidado a lo largo de estos años como el reconocimiento más amplio en el ámbito de las Artes Escénicas en el estado español.
Los Premios Max de las Artes Escénicas han alcanzado un mayor número de seguidores y despertado el interés de compañías de todo tipo y de todo el territorio nacional. En su última edición, celebrada en el Auditorio de Tenerife concurrieron 527 espectáculos, alcanzando el segundo récord de inscripciones en la historia de los galardones.
En 2025, un total de 179 espectáculos de los 486 inscritos a concurso han sido seleccionados y continúan en la siguiente fase competitiva. Los finalistas se darán a conocer, previsiblemente, durante la última semana de abril.