Pamplona - Dos mujeres detectives privadas radicadas en Sevilla declararon ayer por videoconferencia en el juicio de los presuntos amaños de directivos de Osasuna y jugadores del Betis, después de que en aquel controvertido mes de mayo de 2014 efectuaran diversos seguimientos a jugadores bético que ahora están sentados en el banquillo de los acusados. Así, las dos investigadoras, contratadas por la empresa Gesterec, que a su vez había recibido la encomienda de la Liga de Fútbol Profesional, se centraron en el seguimiento exclusivo de los futbolistas Jordi Figueras y Antonio Amaya, ahora investigados ambos al entender que eran dos de los jugadores que se reunían con Vizcay y Peralta para cerrar una prima por ganar al Valladolid y recibir otra cantidad de dinero por dejarse perder en Pamplona en las dos últimas jornadas de la Liga 2013-14.

Las detectives, que efectuaron su rastreo entre el 11 y el 19 de mayo de 2014 (el último encuentro de Liga se celebró en El Sadar el día 18), manifestaron que, pese a la intensidad en dicho espionaje no se habían percatado de ningún movimiento raro que tuviera relación con lo que ahora se juzga. De hecho, lo único reseñable aportado por la Liga de Fútbol Profesional respecto a dicho informe es que se había producido el viernes 16 de mayo una reunión entre varios jugadores del Betis en el bar Filomena después del entrenamiento. Los investigadores que trabajaron en la instrucción del caso concluyeron que en esa reunión en la que participaron Amaya, Figueras, Jorge Molina y una cuarta persona que estaba efectuando una llamada a Txuma Peralta para concretar la cita que se iba a producir por la noche. De hecho, Peralta estaba llegando en esos momentos a Sevilla con Vizcay y durante la tarde-noche Maquírriain iba a llegar en tren con un neceser con 400.000 euros en su interior para entregarlo en el hotel al gerente y al directivo.

Las detectives no se percataron nada de aquel movimiento y de hecho no figura ni línea del mismo en su informe, puesto que la supuesta reunión en un garaje de Sevilla entre futbolistas del Betis y Peralta y Vizcay se produce en torno a las 21.30 y 21.50 horas (es el horario en el que se producen dos llamadas del número identificado por la Policía como el usado por los jugadores béticos para contactar con los directivos rojillos). Ese día, viernes 16 de mayo de 2014, las detectives habían levantado el dispositivo de seguimiento sobre Jordi Figueras a las 20.00 horas. Lo último que reseñan del defensa respecto a las actividades que realizó aquel día fue que a las 19.00 horas había regresado con su pareja al domicilio familiar y que ya no lo había abandonado (se entiende, por tanto, que al menos no lo había abandonado antes de las 20.00 horas, porque después ya no hay constancia de que fuera seguido). Lo mismo ocurre con Antonio Amaya, al que perdieron de vista por su forma de conducir, cuando circulaba en su coche por una avenida de Sevilla y se le pierde también el rastro en torno a las 19.00 horas. No vuelve a ser localizado hasta el día siguiente.

PUÑAL, GRACIA Y Purroy POR ERROR Las detectives declararon ayer en la Sala que no habían sido informadas de la finalidad de sus seguimientos y que el único cometido que se les encomendó fue que tomaran nota de los movimientos de los jugadores y de las reuniones que tenían. De esta forma, la mayor parte de la información que consta que acumularon eran cuestiones de lo más rutinarias, como los entrenamientos que efectuaban con el equipo, diversos paseos con el perro, salidas con sus parejas o salidas a algún casino y a algún bar a tomar copas. Este equipo de detectives también siguió a profesionales de Osasuna como el capitán Puñal, el entrenador Javi Gracia o el directivo José Manuel Purroy, este último por error, ya que a quien se pretendía espiar era a Txuma Peralta.

A la hora de la reunión del garaje del 16 de mayo entre Vizcay, Peralta y los jugadores, no había detectives que siguieran a nadie. Las detectives que testificaron ayer en el juicio encargadas de hacer el seguimiento a los jugadores del Betis, Jordi Figueras y Antonio Amaya, abandonaron el seguimiento de los mismos el 16 de mayo (el día que según Vizcay y Peralta se reunieron con los béticos en un garaje de Sevilla a las 21.30 horas) casi dos horas antes de que se produjera dicha cita.